La situación de nuestros “hermanos haitianos” cada día se torna más desesperante para ellos y mucho más peligrosa para el pueblo dominicano.
El último informe del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, indica que, más de uno de cada tres haitianos se encuentra en “grave inseguridad alimentaria” y que no se vislumbra ningún tipo de solución en el futuro cercano, debido a la inestabilidad política y social.
Le Nouvelliste, el principal periódico haitiano, publicó en su edición del pasado sábado 9 de noviembre, la siguiente reseña:
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“Durante una conferencia de prensa en Ginebra, el portavoz del PMA, Hervé Verhoosel, dijo que, según un estudio realizado en octubre con 11 millones de haitianos, casi 3,7 millones sufren de "inseguridad alimentaria severa". y entre ellos, más de un millón se encuentran en situaciones de "emergencia".
“Según las 5 fases de la clasificación de seguridad alimentaria (IPC) del PMA, la situación de "emergencia" (fase 4) significa que las familias enfrentan dificultades extremas para satisfacer sus necesidades alimentarias”.
La fase 5 es la situación de "hambruna".
La precaria producción agrícola haitiana se ha desplomado y las importaciones, principalmente desde la República Dominicana, han caído a sus niveles más bajos desde el terremoto de enero del 2010.
Si a esto le agregamos la inseguridad a nivel nacional, donde las pandillas criminales se han adueñado de ciudades enteras y han impuesto un reinado de terror, cobrando hasta peajes de circulación, al punto que, citando nuevamente al diario Le Nouvelliste, este trae la información de que en el barrio Bel Air, en el suroeste de Puerto Príncipe, habían asesinado más de 15 personas, herido a decenas de ciudadanos, quemaron 21 viviendas y 17 vehículos.
Esto ha estado sucediendo en todo el país, con el agravante de que, la rivalidad entre los pocos comerciantes e industriales haitianos ha llegado al punto donde estos, están pagándoles a esas bandas criminales para que aprovechen el caos y quemen los negocios de la competencia.
Si a este espantoso escenario le añadimos la situación carcelaria entonces tenemos una verdadera catástrofe.
En 2018 el ranking World Prison Breaf ubicó a Haití en el primer lugar entre 205 países con el mayor índice de superpoblación en el sistema penitenciario.
Las cárceles operaban con más del 450% de su capacidad. La situación es tan extrema que las insuficientes raciones alimenticias solo llegan a las cárceles tres veces por semana y se ha llegado a pensar que la solución, ante la imposibilidad de alimentarlos, es poner en libertad a la mayoría de los encarcelados.
Los dominicanos tenemos que poner la barba en remojo.
Es de todos sabido que la mejor medicina es la prevención.
Colocar 10,000 soldados en la frontera, aparte de costoso, no garantiza absolutamente nada.
¿Qué harían esos soldados en caso de una desesperada avalancha humana de miles de haitianos hambrientos tratando de entrar a nuestro territorio?
¿Ametrallarlos?
Hace poco, por un incidente en la frontera, donde murió un ciudadano haitiano, las ONG internacionales, la OEA, la ONU y países como los Estados Unidos, Francia y Canadá, hicieron una campaña donde se nos acusó de xenófobos, racistas y poco faltó para que crearan una nueva Fuerza Interamericana de Paz para invadir nuestro territorio.
Lo que no es más que el paso que ellos están esperando dar, para unificar la isla. Un sueño anhelado por esas potencias desde hace mucho tiempo.
Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos, a principios del siglo diecinueve sugirió, que una vez Francia y Gran Bretaña hicieran las paces, Estados Unidos debería actuar de común acuerdo con ellos, “para confinar la peste haitiana a esta isla”.
Esos planes se mantienen, “Vivitos y coleando”
El muro es impostergable.
Carlos McCoy
Noviembre 2019