El lodazal atrapa y no vale salir de una facción de la partidocracia sumergida en él para eliminarlo. Cada una releva la otra y lo reciclan. Cada parte infectada contamina más a la que se ha corrompido menos. El sistema podrido no se supera alternando los partidos que lo integran.
Recuerden lo acontecido cuando la cúpula del PLD decidió derrotar a Peña Gómez aliándose al PRSC de Balaguer: no tardó en corromperse hasta generar dos facciones mafiosas, hoy divididas en PLD-danilista y FP-leonelista. El lodo aumentó.
Con el respaldo a Hipólito-PRD para “salir del PLD” pasó algo parecido: el nuevo gobierno se corrompió y el PRD se tornó más clientelista, neoliberal y derechista; generado más tarde dos facciones enlodadas: el PPH y la de Miguel Vargas, ambas asociadas a facciones del PLD.
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No faltaron incluso los que alegando impedir la vuelta del PLD decidieron sumarse a la reelección de un Hipólito sensiblemente desprestigiado. El costo fue la vuelta de Leonel, quien luego rompió records de neoliberalismo y corrupción.
Pero tampoco faltaron los que fomentaron ilusiones en la candidatura de Danilo para “salir de Leonel y avanzar”. Ambos, sin embargo, no tardaran en igualarse como responsables del proceso de gansterización del Estado a cargo de PLD.
No conforme con esas lecciones, quienes ayer procedieron de esa manera, asumiéndose sin rubores “progresistas” y hasta de “izquierda”, volvieron recientemente a optar por subordinarse al PRM para disque “salir del PLD” y sus dos facciones mafiosas, ocasionándole de paso mucho daño a Marcha Verde. Ese apoyo incluyó aceptar una eventual alianza del PRM con PRSC, FNP, PQDC, PUM y toda la cáfila política “opositora. ¡Cualquier porquería con tal de “salir del PLD”!
Pero ese no ha sido el colmo de quienes se han metido en ese pantano hacia un 2020 que habrá de exhibir su mugre, sino que ya están negociando aliarse con la mafia leonelista-balaguerista y el vinchismo neo-fascista; protegiendo así más de 50 años de corrupción e impunidad, nazi-racismo, machismo criminal y tres décadas de recolonización neoliberal.
El PLD danilista -debilitado por la salida del leonelismo- merece ser echado del gobierno y metido en el 15 de Azua; algo que cierta basura opositora conservadora no asumirá con rigor, ni siquiera a cambio de la impunidad que está comprando. Esa ruta pantanosa incluso podría conducir –no lo duden- que hasta el propio Danilo negocie impunidad, sacrificando a Gonzalo, como hizo Balaguer con Peinado. La verdad es que sin cambio radical vía Democracia de Calle y Constituyente, no habrá cambio real.