Margarita Cedeño (así, sin el “de" nadie) es un caso de… ¿oportunismo?… ¿trepadurismo?… ¿pragmatismo?…Nadie sabe cómo definir las motivaciones de su conducta (¿o inconducta?) política, buscándosela como una tora en esta abrupta selva electorera, sin un discurso propio, sino con discursos ajenos: hoy con Danilo, mañana con Leonel, después con Danilo, etc.…y vuelta a comenzar. No le debe nada a nadie ni se debe nada ni siquiera a sí misma. Es todo un caso de brincos e indefinición de lo que realmente quiere, más allá de ser simple opción de terceros. (En fin, todo el mundo pregunta: ¿Qué será lo que quiere esa mujer?)