La República Dominicana en la actualidad tiene la economía más estable y de mayor crecimiento en América Latina. De acuerdo a los organismos internacionales las expectativas de crecimiento del continente no llega a un 1%, mientras que nuestro país crecerá nuevamente más de un 5%.
La estabilidad y el crecimiento económico dominicano están umbilicarmente ligado a la estabilidad política y al excelente manejo del estado por los gobiernos del PLD en los últimos 15 años. El buen funcionamiento de la economía de cualquier país tiene como uno de los elementos esenciales que haya estabilidad política, que los líderes de la oposición y del gobierno respeten las leyes y las instituciones, que acaten los resultados de los procesos electorales aunque no les sean favorables y pongan los intereses del país por encima de sus apetencias políticas partidarias.
Los graves problemas que hoy presentan varios países del continente tienen como una de sus causas esenciales la perdida de la estabilidad política, debido a que los actores partidarios internos no han respetado las reglas electorales o los gobiernos han respondido de manera incorrecta ante protestas sociales y políticas. Países como Venezuela y Nicaragua, hoy atraviesan graves situaciones económicas debido a conflictos generados por sectores políticos. Y países como Chile, Ecuador y Bolivia, están en grave crisis política que apunta a efectos económicos terribles. En los últimos días, crisis políticas se avecinan también en Colombia y Brasil.
Mirémonos en ese espejo. La República Dominicana no puede ni debe perder la estabilidad política. Debemos garantizar que las próximas elecciones sean realizadas en orden y que todos los sectores, en especial los de oposición, respeten los organismos electorales. Hay sectores de oposición que están desacreditando los jueces electorales y eso podría ser el punto de partida de una crisis donde todos seríamos afectados, incluidos ellos mismos. Ojala recapaciten y eso sea solo una queja de momento.
Mirémonos en el espejo de América Latina. La otra perturbación que se cierne como un peligro ante la estabilidad económica y política es un supuesto “cambio” que quiere elimiinar todos los grandes logros alcanzados por el país, sobretodo en los dos gobiernos del presidente Danilo Medina. Para mantener la estabilidad debemos continuar con el modelo exitoso de gestión que ha implementado el presidente Medina y el PLD.
En la actualidad, la economía dominicana es la de mayor crecimiento en el continente.Como país somos uno de los mejores destinos de inversión extranjera y uno de los destinos turísticos más apreciados de América y del mundo. El gobierno del presidente Medina ha sido uno de los mejores gobiernos de la historia. Sus logros hablan por sí solos.
Más de un millón 500 mil personas ha salido de la pobreza. En cuanto a la pobreza en general desde septiembre del 2012 a diciembre de 2018, descendió de 39.7% a 23%. La pobreza extrema se redujo de 9.9% a 2.9%, 650 mil personas salieron de esa situación. La clase media se fortaleció, pasando de un 22.6% en el 2012, a un 30% de la población en el 2018.
Otro gran logro ha sido la Tanda Extendida, a través de la cual los estudiantes del sector público reciben 8 horas de clase todos los días y se les entrega desayuno, comida y una merienda en la tarde. Asimismo, el gobierno ha construido más del mil nuevos centros educativos y más de 30 mil nuevas aulas.
Uno de los programas sociales más exitosos del presidente Medina son las llamadas Visitas Sorpresa. Hasta el día de hoy se han realizado 273 visitas, se han impulsado 2,276 proyectos para una invesión presupuestada de más de 47 mil millones de pesos.
El presidente Medina ha desarrollado también importantes proyectos de viviendas como el de la Ciudad Juan Bosch, de Riito de La Vega, Boca de Cachón en la provicia Independencia y La Nueva Barquita en Santo Domingo Norte. Asimismo proyectos como el 911, las Estancias Infantiles, los Centros de Atención Integral para la Discapacidad y la puesta un funcionamiento de un Teléferico para transporte de pasajeros, que atraviesa la parte norte de la ciudad capital.
Todos esos logros, y muchos más, deben ser preservados para mantener la estabilidad política y económica. Hay “cambios” que parecen buenos, pero son de reversa y hacen mucho daño. Mirémonos en el espejo del continente. Sigamos con lo que está bien para hacerlo mejor.