En nuestro historial electoral reciente es una constante que los perdedores del proceso, antes y después, desarrollan una campaña agresiva en contra de la Junta Central Electoral y de sus integrantes, con la finalidad de deslegitimar los resultados finales. Esto significa que, por su escasa visión, quiere echarle la culpa al árbitro de las derrotas que sufren por su debilidad como fuerza política o por los graves errores que cometen.
Eso pasó con el PRM en las elecciones pasadas con Roberto Rosario. Lo acusaron de miles de cosas, lo satanizaron, lo maldijeron, lo denigraron, hasta se gozaron que los gringos le quitaran la visa, y a final de cuentas, nunca aceptaron los resultados pese a haber perdido por casi 30 puntos de diferencia. Y fueron tan lejos que, hasta el día de hoy, casi 4 años después, ni el PRM ni Abinader han felicitado a Danilo por haber ganado las elecciones del 2016 con un 62% de lo votos, el más alto de toda la historia electoral moderna.
Lo mismo pasa ahora con los parciales de Leonel Fernández. En aquel proceso del 2016, ellos defendieron con uñas y dientes a Roberto Rosario, lo auparon, lo exaltaron, lo apoyaron y validaron todas sus decisiones, incluída la del voto electrónico y conteo manual. Pero ahora, como sus fuerzas estan disminuídas y la candidatura de su lider pende de un hilo, quieren echarle la culpa al árbitro. Y al igual que Abinader y el PRM, detrás de todas esas quejas y protestas en contra de la JCE, está el gran temor de que el PLD les gane, como les ganará, las elecciones de febrero y de mayo del 2020.
No se puede ir a un proceso electoral si no se confia en el árbitro. Y más áun cuando ese árbitro ha mostrado capacidad y honestidad en su trabajo. Todos los actores del proceso deben confiar en la JCE. La oposición tiene el derecho y todos los medios para atacar cualquier decisión. Pero deben saber que a las elecciones se va a ganar o a perder, no solo a ganar. Para el PRM y los partidarios de Leonel, la junta solo es buena cuando toma decisiones que les favorecen. Y así no se hace patria.
Esta Junta Central Electoral, con el doctor Castaños Guzmán a la cabeza, ha demostrado que sabe actuar con sentido de justicia. Ha demostrado idoneidad y profesionalidad en cada una de sus actuaciones. Ha sabido escuchar a los actores del proceso y tomar decisiones que vienen a responder las críticas y cuestionamientos de los opositores y del gobierno.
Sus decisiones sobre el voto automizado y conteo manual, sobre el acuerdo para la supervisión la OEA, sobre la aprobación de los pactos y alianzas, y sobre la regulación de los funcionarios públicos en las elecciones, para solo citar algunas, son ejemplos de un trabajo honesto, integrador, concertador y lleno de un gran sentido de justicia e igualdad para todos los actores políticos.
Expresó mi felicitación y total apoyo a la Junta Central Electoral por el digno y justo trabajo que está realizando. Y hago un llamado a todos los actores políticos, en especial a los de la oposición, para que respeten a la JCE y se preparen para las luchas electorales que se avecinan. Y si pierden, como todo apunta que pasará, no les echen las culpas al árbitro.
Euri Cabral
Economista y Comunicador