Soluciones inmediatas y mediatas.
Ya en nuestros centros urbanos no hay horas pico. O, mejor dicho, las horas pico son todas.
Ya no se habla del tapón de la Kennedy, ni del tapón de la 27. Hoy se habla del tapón a secas, pues toda la ciudad es un solo tapón vehicular.
Los “expertos” han ideado muchísimas soluciones y ninguna ha funcionado. El tapón, como el monstruo de la metamorfosis de Franz Kafka, sigue creciendo.
¿Cuáles son las soluciones de nosotros, los “no expertos?
Son varias.
Primero, como es lógico, vamos a enumerar las inmediatas. Son las de más fácil aplicación y las que menos cuestan.
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1.- Redistribuir los llamados corredores en el transporte público y diseñar un sistema que sea lo más recto posible, con carriles exclusivos donde sea posible, además, paralelo-perpendicular con transferencias entre autobuses, Metro y Teleférico. Vamos a explicarnos.
Establecer rutas largas, este-oeste, con números pares. Ejemplos: Ruta #2 Los Alcarrizos/Boca Chica y viceversa, sobre la avenida 27 de febrero y la marginal de las Américas, con paradas locales, cada tres cuadras. Expresos, cada diez cuadras y super expresos cada 20 cuadras.
Ruta #4, Los Alcarrizos/San Isidro, sobre la avenida John F. Kennedy, calle 17 y carretera Mella, con las mismas condiciones que la anterior.
2.- Hacer exactamente lo mismo con los corredores norte sur, con rutas con números nones. Ejemplos: Ruta #1 Guaricanos/30 de mayo sobre la combinación de la Jacobo Majluta y avenida Luperón.
Ruta #3 Guaricanos/Hospital Robert Read Cabral utilizando la combinación de la Jacobo Majluta, república de Colombia, los Próceres y Abraham Lincoln.
Hay muchas posibles combinaciones, pero para nuestro ejemplo con estos cuatro nos bastan.
Una vez diagramados los corredores necesarios, con una frecuencia entre autobuses no mayor a los tres minutos, establecer el sistema de Inter transferencia gratis desde un autobús al metro, del metro al teleférico del teleférico al autobús, etc.
En los lugares que sea posible, ir estableciendo paradas donde se pueda cobrar el monto del pasaje, por medio de las tarjetas de trasporte, para agilizar un poco más la entrada a los autobuses.
Con este sistema funcionando, una persona puede ir, por ejemplo, de Boca Chica al Robert Read Cabral en alrededor de 30 minutos. Tomaría el autobús super expreso hasta la Lincoln y de ahí el expreso hasta el hospital. Un solo cambio.
Si a esto le proveemos a todos los estudiantes de escuelas públicas y a los empleados del gobierno y las entidades gubernamentales descentralizadas con tarjetas de transportación gratis de un viaje ida y vuelta diariamente, de lunes a viernes, sacaríamos sin mucho alboroto, miles de las destartaladas voladores y conchos que son de las principales causas de este gran desastre.
Como complemento, establecer en el gobierno, dos jornadas de trabajo diario de 7 horas cada una, con cinco días laborables y tres de descanso.
De esta forma el gobierno trabajaría los siete días a la semana. No horas, pico, no tapones, no ausentismos, no tardanzas ¡Y no botellas!
Esto es lo inmediato. De manera mediata, se puede ir pensando en extender el Metro, en superficie donde sea posible y más teleféricos en los barrios donde las calles no sean aptas para un sistema de transporte como el aquí expuesto.
Si aun con estas facilidades usted insiste en utilizar su vehículo propio,
¡Que le aproveche!
Diciembre 2019