El cantautor José Antonio Rodríguez le ha puesto a la República Dominicana un sello de distinción en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Hay tres logros significativos y visibles que hablan de su laboriosidad diplomática: La declaración del merengue, primero, y recientemente de la Bachata, en el rango de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y en medio de ambos hitos, la incluisión de Santo Domingo en la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO.
Para que la UNESCO haga este tipo de declaración no basta con la formalización del trámite, como muy bien hicieron los organismos competentes: Ministerio de Cultura y Ministerio de Relaciones Exteriores; sino, que se requiere de un dinamismo, y un activo laborantismo, tratándose de un organismo tan complejo como lo es la UNESCO.
Y esa energía es la que ha inyectado José Antonio Rodríguez a condición de representante del país ante la UNESCO, en la que logrado dos hitos importantes, que primero el Merengue y, segundo, la Bachata, hayan sido declarados patrimonios de la humanidad. También ha conseguido que República Dominicana esté ocupando un puesto importante en el comité ejecutivo de esa organización multilateral, con sede en París, Francia.
Esos resultados no han de extrañar a quien lo conoce. José Antonio Rodríguez ha sido por década un auténtico gestor, con una sensibilidad y visión multicultural que lo conducen hacia un compromiso por el desarrollo de la cultura dominicana.
Rodríguez se había desempeñado con éxito como ministro de Cultura, en los primeros cuatro años de gestión del presidente Danilo Medina (2012-2016), periodo en el que emprendió una serie de importantes iniciativas que impactaron de manera positiva el sector cultural del país.
Al inicio de su segundo mandato, el presidente Danilo Medina lo designó embajador y lo envió como representante del país ante la UNESCO, un organismo donde la República Dominicana requería algo más que una simple y formal presencia.
La gestión en la UNESCO del embajador José Antonio Rodríguez debe ser motivo de satisfacción para los dominicanos, cargo que porque se ha tomado muy en serio y ha puesto todo el empeño para proyectar hacia el mundo los elementos culturales que expresan nuestra dominicanidad, y el merengue y la bachata están entre los de más resonancia mundial. Es de justicia reconocer esos logros.