La Comisión Económica para América Latina y el Caribe presentó el balance preliminar de las economías en la región en el que establece que esta presenta una desaceleración generalizada a nivel de los países y de los distintos sectores.
El balance sobre las Economías de América Latina y el Caribe 2019 sale a la luz en un contexto económico y social extremadamente complejo para la región, establece el informe.
“En 2019, en contraste con años anteriores, 18 de los 20 países de América Latina, así como 23 de las 33 economías de América Latina y el Caribe, presentan una desaceleración en la tasa de crecimiento de su actividad económica” apunta el informe.
Expone que el menor dinamismo de la demanda interna se ha visto acompañado por una baja demanda agregada externa y mercados financieros internacionales más frágiles.
Y agrega que al escenario anterior se suman las crecientes demandas sociales y presiones por reducir la desigualdad y aumentar la inclusión social que han detonado con una intensidad inusual en algunos países de la región.
El panorama macroeconómico reciente muestra una desaceleración tendencial de la actividad económica en los últimos seis años (de 2014 a 2019); caídas del PIB per cápita, la inversión, el consumo per cápita y las exportaciones, y un sostenido deterioro de la calidad del empleo. En este contexto, en 2019 las economías de América Latina y el Caribe crecerán a una tasa promedio del 0,1%., detalla el balance de la Cepal.
Proyecciones para el 2020.
En cuanto a las proyecciones de crecimiento para 2020, señala que si bien mejoran con respecto a las cifras de 2019, no son muy prometedoras y señala que el crecimiento estimado de los países será de un 1,3% en promedio.
“De proseguir este escenario, el septenio 2014-2020 sería el de menor crecimiento económico en la región en los últimos 40 años, en un contexto global de bajo dinamismo y creciente vulnerabilidad del que no se esperan impulsos positivos significativos” indica.
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Recomienda que para acelerar el crecimiento de los países se apliquen políticas económicas nacionales expansivas y coordinadas.
“El principal desafío de la política económica es evitar que la región se estanque en el ámbito económico y social, así como preservar los avances en materia de estabilidad macrofinanciera y sostenibilidad de la deuda” concluye.