Todos conocemos del poder que tienen las palabras cuando son pronunciadas para motivar, felicitar o aniquilar.
El impacto positivo que tienen las palabras es muy valioso, por ende no las economicemos cuando alguien se las merezca.
Al utilizar nuestra voz con palabras hirientes, ofensivas, demoledoras y aplastantes, estamos marcando a un ser humano con lo que les expresamos en momentos de ira, trifulcas, decepciones y estamos clavando puñales en el alma con lo que les decimos, aunque tengamos la razón.
Las palabras son como el agua que se pierde, que se vira, eso mismo sucede cuando prendemos y deseamos resarcir la ofensa que hicimos con nuestras palabras.
Usemos la fuerza de la palabra para conciliar, construir, abrazar, amar, llamar a la cordura, elevar la paz, destacar lo bien hecho, felicitar, unificar, dar ejemplo, solidarizarnos.
¿Es tan difícil ahora que inicia este 2020 decirles a sus seres queridos palabras de amor y motivación?
" Te quiero mucho".
"Perdóname".
" Te amo".
" Valoro tus esfuerzos".
" Gracias por tus palabras".
" Te perdono, todo pasó".
" Felicidades, por los logros alcanzados".
" Eres muy valioso o valiosa para nuestra familia".
" Empecemos de cero".
" Podrás lograrlo, tú lo harás".
"Estamos orgullosos de tí".
" Somos una familia y vamos a superar este trance juntos".
Son palabras al parecer simples, palabras revestida de valor, palabras que arreglarían tantos desastres en las sociedades y las familias.
Es un oportuno año nuevo para iniciar con estos cambios, que serán de bendiciones maravillosas para todos.
Adelante, comienza ahora, ya, ahora mismo, abraza a tus hijos, esposo, esposa, hermanos, sobrinos, primos, tíos, vecinos y amigos y manifestarles una bonita palabras, que nunca están de más.
Todos necesitamos esas palabras de estímulos en la vida, para seguir transitando este espacio terrenal que se torna a veces tan cruel, difícil, duro y triste.
Detalles que valen millones.
Les quiero siempre.