La revelación la hizo el presidente de la Suprema Corte de Justicia, magistrado Luis Henry Molina Peña este 7 de enero en el solemne acto con motivo del Día del Poder Judicial.
El presidente de la alta corte enfocó su discurso a cuestionar la justicia tardía. Llamó a limitar con firmeza y decisión las maniobras dilatorias injustificadas que retardan los procesos judiciales y aplicar mecanismos administrativos.
Molina también exhortó a hasta trabajar en horario extendido para acabar con la mora judicial.
Ante los más de 18 mil casos pendientes de resolución anuncio que asumirá de inmediato los casos de mayor antigüedad, y de inmediato se encargará personalmente de los expedientes de la primera década de este siglo.
El presidente de la Suprema Corte de Justicia dijo que combatir la inequidad en la distribución de la carga judicial implicará mecanismos distintos de distribuir los casos entre los tribunales y jueces y de administrar de forma más eficiente el presupuesto del Poder Judicial.
“No es razonable que, si nuestra principal tarea es impartir justicia, la totalidad de nuestros tribunales accedan solo al 68% del presupuesto, mientras que el Consejo del Poder Judicial, cuya función es de administración recibe el 32%”, declaró.
Pese a las críticas, Molina dijo que daba “fe y testimonio de la honorabilidad y la excelencia de su inmensa mayoría, destacando que hoy día 774 de los 778 jueces y juezas son de carrera”.
Pidió fe en la Justicia
Molina Peña ha concebido un sistema de integridad para el fortalecimiento de las normas éticas y del régimen disciplinario,
“Una justicia más transparente para tener más confianza en su servicio”. Con ello se persigue un mayor rigor y cumplimiento de las reglas, mayor capacidad de rendición de cuentas y evaluación de indicadores de desempeño.
Incluye, además, un plan de formación permanente de los jueces, que fortalezca el enfoque en la calidad de los fallos y la reducción de errores.
“Con humildad, pero también con la responsabilidad que supone hacerlo, en nombre de la República y en representación de este grupo excepcionalmente formado y trabajador, de mujeres y hombres que integran nuestro Poder Judicial, les pido a los dominicanos y dominicanas apoyo, tiempo y fe”, proclamó el magistrado Luis Henry Molina Peña, resaltando que este proceso de transformación requiere de tiempo, continuidad y estabilidad.
En la Audiencia Solemne, que introdujo varios cambios en esta ocasión, se incorporó por primera vez una barra con testigos de honor en representación de sectores en condición de vulnerabilidad.
Kenia Lora, presidenta ejecutiva del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), participó en representación de niños y niñas; Soraya Lara Caba, presidenta del Patronato de Ayuda a las Mujeres Maltratadas (Pacam), por las mujeres víctimas de violencia; mientras que por las personas con discapacidades asistieron Mery Pérez de Marranzini, presidenta fundadora de la Asociación Dominicana de Rehabilitación, y Francina Hungría, que preside la fundación homónima.
Los actos oficiales se iniciaron esta vez con la audiencia solemne, celebrada a las 9:00 de la mañana en la Sala Augusta de la SCJ; le siguieron una misa de acción de gracias en la catedral, presidida por monseñor Francisco Ozoria Acosta, arzobispo de Santo Domingo, y una ofrenda floral en el Altar de la Patria, donde pronunció unas palabras el procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez.