“La gran fortaleza de Gonzalo Castillo es ser un empresario, ministro y político exitoso”, dijo Ramón Tejada Holgúin.
El sociólogo y analista político Ramón Tejada Holguín afirmó que la gran fortaleza que tiene el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Gonzalo Castillo, y lo que la gente le percibe, es ser un empresario, ministro y político exitoso.
Holguín citó entre esas fortalezas las políticas públicas: la tanda extendida, las visitas sorpresas y el tema de la estabilidad macroeconómica en el país, y su aceptación en la población dominicana.
“Mientras haya estabilidad macroeconómica y políticas públicas en beneficio de las grandes mayorías, la posibilidad de la oposición de crear confianza en la gente se hace menor”, expresó.
Asegura que Gonzalo Castillo es un fenómeno que pocas veces se ha visto en la política dominicana, ya que se convirtió en el candidato de la corriente mayoritaria dentro del PLD y a los 26 días le ganó a quien fue tres veces presidente de la República, lo que califica como una hazaña.
“Después que terminó las primarias ha sido bombardeado por el equipo del expresidente Leonel Fernández en un intento de desprestigio, pero lo que ha hecho Gonzalo en estos meses es crecer. Mientras que el expresidente ha ido bajando cada vez más”, manifestó.
Entrevistado por el periodista Julio Martínez Pozo en el programa Toque Final, que se transmite por Antena 7, el destacado sociólogo dijo que Castillo es alguien que viene del sector privado con un historial de éxito en sus empresas, fundó la primera a los 26 años, y que entró muy joven al PLD, partido donde es miembro de su Comité Político, tras indicar que como ministro cuenta con grandes éxitos, uno de ellos es la seguridad vial.
Por otro lado, el también director de Análisis y Programación Estratégica de la Presidencia (DIAPE), precisó que en el caso de Luis Abinader, candidato presidencial por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), su techo en las encuestas está alrededor del 35% y sólo una vez ha pasado de ese porcentaje, en el momento posterior a la primarias abiertas del PLD, donde Leonel Fernández se resistió a aceptar que había perdido.
Holguín sostuvo que mantenerse en ese tope se debe a varios elementos que la gente determina para votar, entre los que mencionó el partido político. “En este caso el partido le afecta bastante a Abinader porque no es un partido propiamente nuevo, como muchos lo quieren vender, sino que arrastra la tradición del viejo Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que tenía una percepción de la gente bastante negativa porque no lo veía como un partido cohesionado y con una idea”.
Otro elemento, según explica, es que la proporción de gente que se ve identificada con Luis Abinader es muy baja, sigue siendo alrededor de un tercio de la población.
Asimismo, dijo que la gente no vota por el político que quiere indignarles frente a los problemas, sino que vota más por el candidato que le brinde esperanza y buenas propuestas que se acerquen a lo que la población necesita y quiere.
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“El discurso que tiene el Partido Revolucionario Moderno y Luis Abinader no ha calado en la gente. No lo ve como alguien que pueda ser efectivo en el manejo de las políticas públicas”, reiteró.
Afirma que por el hecho de que Fernández está marcando menos de 10% en las encuestas, es indudable que la competencia se encuentra entre Gonzalo Castillo y Luis Abinader.
En ese sentido, el sociólogo precisa que como se ve ahora el panorama no se vislumbra una segunda vuelta electoral, tal y como lo ha dicho la politóloga Rosario Espinal y otros analistas, porque no hay elementos de análisis para sostener la posibilidad de tal proceso, que sólo se produjo una sola vez en el 1996.
Plantea además, que la jugada que tiene el expresidente Fernández dependería de si él puede enraizar en la gente, pero cada vez más está quemando su capital político en la forma en que actúa con la gente, su discurso futurista y el hecho de que ya no tiene un partido fuerte y organizado como antes.
Indica que al desligarse del PLD se está desligando también de la tradición que tiene ese partido en términos gubernamentales.