(Dos escenarios distintos)
El que gane las elecciones municipales de este mes también ganará las elecciones presidenciales y congresuales de mayo. Esa es su estrategia, razón por la cual está invirtiendo cuantiosos recursos económicos en publicidad, propaganda y bocinas, sin importarle la violación fragante de las leyes tanto de partidos como del régimen electoral.
Dinero del Estado, narcotráfico, lavado, “banqueros” del juego de azar, se distribuye en todos los barrios, municipios, campos, etc. El propio presidente de la República, en un acto público dijo, sin ningún rubor, que tiene el dinero para entregárselo a todos, sin que la Junta Central Electoral le advirtiera sobre los topes de gastos y la procedencia de los recursos que dijo tener.
Desenfrenadamente el PLD anda tras los municipios. Basta con ver la televisión. Por cada spot de Carolina Mejía hay 50 o 100 del candidato del gobierno. Las vallas, afiches y murales de los aspirantes del PLD saturan el mercado electoral. Frente a esto, la JCE no dice, ni hace nada.
Si el PLD gana la mayoría de los alcaldes y alcaldesas del país se apoyará en los medios de comunicación: radio, televisión, periódicos y redes sociales para vender la idea del triunfo en mayo.
Me imagino a las bocinas, cornetas, pitos y megáfonos repetir como papagayos: “Así como le ganamos en febrero, le ganaremos en mayo”. Esa mentira se repetirá mil veces hasta convertirla en verdad. El PLD puede, a base de dinero, trampas y fraudes, imponerse en los municipios y distritos municipales pequeños, no así en los grandes. Habría que ver, al final, quienes alcanzaron más votos. Las de mayo serán elecciones congresuales y presidenciales.
Hasta el momento el PRM, la Fuerza del Pueblo y las demás organizaciones de la oposición, están al frente en la capital, con Carolina Mejía, en Santo Domingo Este, con Manuel Jiménez, en Santo Domingo Oeste y otras demarcaciones de muchos electores. Y como si fuera poco, los candidatos a senadores y diputados de la oposición ganaran en sus respectivos pueblos. Además, Luis Abinader le lleva, hasta el momento, más de 20 puntos a Gonzalo Castillo, que no arranca ni arrancará, a pesar de los esteroides de todas las instituciones públicas.
No es posible que un candidato con tantas limitaciones como Gonzalo, al que le tienen prohibido hablar, que anda con niñeras para evitar que cometa errores, se orine en los pantalones o se le caiga el bobo, le pueda ganar a candidatos experimentados como Leonel Fernández, tres veces presidente de la República, y como Luis Abinader que nació en la política, candidato en más de una ocasión, economista con estudios tanto en el país como en el extranjero.
Hablamos de dos escenarios políticos distintos. Las municipales y las presidenciales. El cambio de gobierno es inevitable. Abinader no comete grandes pifias en la campaña, es mesurado y tranquilo al hablar, siempre con propiedad. No necesita muletas y mucho menos niñeras, meseros o nanas porque tiene cabeza propia.
La oposición ganará las elecciones municipales en las principales demarcaciones a pesar de las limitaciones económicas. Son mejores candidatos, tienen raíces en sus comunidades y un sólido prestigio. A partir de mayo la correlación de fuerzas cambiará en el Congreso. Nadie tendrá “su” congreso. Y por último, Luís Abinader será el próximo presidente de la República a menos que la providencia lo impida y lo parta un rayo, algo que no ocurrirá porque hasta la providencia quiere un cambio.