Por Manuel Nova. Desde su publicación antes de mediados del siglo veinte y hasta el presente, Over, novela del escritor Ramón Marrero Aristy, continúa como la obra más leída y de mayor incidencia en la bibliografía literaria dominicana.
Marrero era corresponsal y luego reportero del diario La opinión, cuando puso en circulación su “bestseller” el cual recibió el elogio unánime de la crítica y el reconocimiento de célebres escritores como el profesor Juan Bosch, autor de “La Mañosa” y de Freddy Prestol Castillo, creador del “Masacre se pasa a pie”, relato dantesco sobre la matanza haitiana auspiciada por el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina el año de 1937.
Marrero, cuentista y orador, adquirió una repentina notoriedad que le abrió el camino hacia la protección económica de Trujillo, a quien conoció en un encuentro organizado por el gobierno con la prensa.
Trujillo quedó impresionado con la elocuencia y el talento literario del “negro” Marrero Aristy con quien compartía la secreta aversión que ambos sentían contra la oligarquía criolla.
Ahora como parte del régimen, para Marrero Aristy quedaron atrás los fatídicos días de hambre y estrecheces que padeció en su natal San Rafael del Yuma y en la bodega del “Batey 25” de La Romana, cuya experiencia de bodeguero le aportó los insumos para crear el universo del batey y a su personaje Daniel Comprés, protagonista de Over, alter ego del propio Marrero.
Trujillo olfateó en Marrero un ingenio excepcional. Los decretos y nombramientos se sucedieron uno tras de otro. “Representante del gobierno ante el sector sindical, Inspector de Fronteras, diputado, biógrafo de la Era, encargado de prensa internacional y ministro de Trabajo”.
En este último cargo le sorprendió la trágica muerte.
Pese a su inteligencia, Marrero era un hombre en extremo confiado que más de una vez incurrió en actitudes suicidas, por hablar lo que no debía, para la época.
Johnny Abes, el temido jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), enemigo solapado de Marrero, informó a Trujillo que éste era el responsable de la filtración de informaciones utilizadas para atacar al régimen por el laureado periodista Tad Szulc, del New York Times.
Develó de igual modo a Trujillo supuestas aspiraciones presidenciales de Marrero, quien, en un momento de embriaguez, habría exclamado: “se acerca la hora de que el país tenga su primer presidente negro”.
Marrero Aristy fue visto con vida por última vez una tarde en la que penetraba al despacho de Trujillo. Horas antes su viuda Belisa Mejía lo había despedido nervioso y preocupado.
Versiones indican que pudo haber sido asesinado en el mismo despacho del Jefe o que fue detenido y entregado a un sicario de La Vega, quien le dio muerte y arrojó su cadáver junto a su chófer, aparentando un accidente automovilístico en Casabito, municipio Constanza.
“Qué buscaba Marrero por ahí”, habría dicho Trujillo al ser enterado del acontecimiento. Nadie nunca creyó lo del accidente.