El próximo domingo, 16 de febrero, los dominicanos y las dominicanas, residentes en el Distrito Nacional, tenemos un compromiso cívico adherido a un ponderado sentido crítico de acudir temprano a las urnas, habilitadas en los distintos recintos electorales, para ejercer nuestro derecho ciudadano de votar por aquellas y aquellos candidatos que mejor enarbolen los anhelos de convivir con dignidad en una mejor ciudad.
El ejercicio de un derecho fundamental, prohijado en una acción para decidir sobre aquello que más se aproxima a nuestras legítimas aspiraciones, es un privilegio incalculable que nos brinda la democracia cuando cada cuatro años convoca a decidir sobre nuestro futuro, el bienestar de nuestras familias y el desarrollo de la sociedad; por cuanto, al decidir por quien votar en las elecciones, debemos ejercer ese derecho con un criterio de íntima convicción amparada en un verdadero sentido de lo correcto.
Votar es una decisión individual que asumimos de forma responsable cuando comprometemos nuestra integridad, entregándole a otros, la potestad de decidir por nosotros sobre aspectos fundamentales de legitima representación, es decir que, quienes elegimos, tendrán la facultad de accionar sobre los distintos temas, políticos, económicos, sociales, culturales y religiosos, que determinan el porvenir de las personas acorde con la realidad de cada una de ellas.
Votar es un riesgo razonable que compromete el futuro de todos, incluidos aquellos que ganan y que pierden, porque cuando elegimos a una candidata o candidato que resulta de la improvisación y el desconocimiento, terminamos pagando un alto precio como sociedad que pone en peligro nuestra estabilidad y la de los demás; sin embargo, cuando procedemos de manera prudente, votando por los mejores candidatos y las mejores propuestas, es entonces cuando le damos verdadero sentido a la razón de ejercer nuestro derecho ciudadano con responsabilidad.
Durante todo el desarrollo de la campaña municipal, surgieron varios candidatos a alcaldes con planteamientos de toda índole, algunos muy superficiales, sin ningún tipo de criterio razonable, y otros bastantes fundamentados en profundos conocimientos sobre las tareas que debe implementar un ayuntamiento para ser eficiente y cumplir con las exigencias que proyectan una visión clara sobre una moderna alcaldía.
De todas las propuestas presentadas, la única que alcanzó a llenar las expectativas del electorado, fuera de la politiquería, la demagogia y la improvisación, provino del candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Lic. Domingo Contreras, quien demostró que cuenta con la capacidad para transformar a la Ciudad, en una importante metrópolis, ordenada, organizada, limpia, amigable, segura, sostenible y competitiva en materia de gobernanza ciudadana, económica y turística.
Domingo Contreras, se preparó durante muchos años, para administrar a la ciudad, de forma eficiente y adecuada, basándose en tres elementos que deben convivir en armonía: ayuntamiento-sociedad-sector privado, en donde converjan todas las iniciativas que inciden positivamente en el crecimiento, desarrollo social sostenido y el futuro del Distrito Nacional.
Domingo Contreras, propuso crear las condiciones para implementar un corredor turístico en la avenida Mella, con el objetivo de atraer a más personas que generen riquezas en un lugar que hoy luce desamparado, desolado y sucio, pero que cuenta con suficiente potencial para convertirse en un ambiente amigable, activo, limpio, competitivo y sostenible.
Domingo Contreras, propuso un pacto con todos los sectores sociales para manejar un sistema de parqueos públicos, regularizando y organizando por normativas de tránsito suscritas dentro de un marco razonable en el tiempo que permita mejorar el desenvolvimiento armónico de la ciudad.
Domingo Contreras, propuso de manera responsable y concreta, la creación de un sistema industrializado de reciclaje que convierta la basura que hoy se deposita en las calles, ríos y afluentes, en materia prima de una economía circular que genere incentivos a la sociedad.
Domingo Contreras, propuso crear un sistema de seguridad perimetral, basado en tecnología de punta que transforme a la ciudad, en un lugar seguro, amigable y protegido, donde se promueva la cultura y el deporte, como elementos esenciales del sano esparcimiento de la familia.
Domingo Contreras, propuso un plan de Ordenamiento Territorial, basado en la regulación del sistema de catastro que servirá de herramienta al surgimiento de una nueva demografía en la ciudad, que obligará a establecer nuevos parámetros de planes diferentes e innovadores con políticas ajustadas a la realidad.
El Distrito Nacional, merece un destino más cónsono con la modernidad que exhiben las principales ciudades del mundo, pero para alcanzar ese propósito, los munícipes debemos abocarnos a elegir autoridades más competentes y comprometidas con una visión de futuro que interprete las dificultades básicas de los distintos sectores y ponga en marcha un proceso de transformación socio-cultural que permita superar las deficiencias endémicas del subdesarrollo que históricamente nos arropa.
Escrito por: Fitzgerald Tejada Martínez.