Las elecciones municipales suspendidas en todo el territorio nacional este 16 de febrero de 2020, muestran al país la existencia de tres bloques de partidos políticos que buscan objetivos dispares pero que se resumen dentro del objeto de todo partido político: la toma del poder por vía electoral.
Es decir, mediante el voto de los ciudadanos. Por tanto, si este es el mecanismo de ascenso al poder no pueden sabotear el instrumento que les permitirá alcanzar su objeto. Así, la oposición queda libre de sospecha sobre la posibilidad de un sabotaje que todos coinciden en afirmar que, si ha existido, ocurrió desde el interior de la Junta Central Electoral (JCE).
Pero este órgano tampoco pudo realizar sabotaje porque disfruta de las mieles del poder y tenia como meta quedar bien en febrero para prepararse para mayo que es su gran reto.
De modo que quedan descartados del supuesto sabotaje, la JCE y la oposición. Queda entonces bajo sospecha el gobierno. Pero resulta que el gobierno también se entiende ganador y, por tanto, en una posición cómoda para repetir en el poder.
Esta línea de análisis induce a pensar que ha habido incompetencia técnica en la JCE o bien, que ha habido un hackeo exterior. En todo caso, será una investigación justa la que determinará lo sucedido. Una conclusión queda con consenso: no aplica para el caso dominicano el voto electrónico. Serias suspicacias apuntan hacia un sector del espectro político empeñado en conseguir una reforma constitucional, pero esta posibilidad también se descarta porque el ultimo en plantearla fue el PRM. Queda la posibilidad de que el sabotaje además de ser fortuito sea multifactorial. Por eso una investigación seria debe traer la verdad.
El primer bloque lo encabeza el partido de la Liberación Dominicana (PLD) y sus aliados. Este bloque pretende sostenerse en el poder durante el nuevo periodo de cuatro años que inicia este 2020, para dirigir los municipios y los distritos municipales del país: el bloque que encabeza Leonel Fernández, tiene la virtud de ser un desprendimiento del partido en el gobierno, lo que implica, que el otrora poderoso PLD, se encuentra dividido, pues nada más y nada menos que su ex presidente de la nación por tres periodos, el doctor Leonel Fernández, es quien lo encabeza.
De su lado, el PRM, es un bloque emergente que aspira a consolidar estamentos municipales y a mostrar músculos con miras a mayo de 2020. Es un desprendimiento del PRD que a partir de 2013 viene mostrando al país que los partidos tradicionales no son tan solidos como se pensaba, ya su militancia no es cautiva, es capaz de migrar cuando así lo aconsejan los acontecimientos productos de falta de institucionalidad, ausencia de democracia interna y la instauración de grupos de poder en sus cúpulas.
De su lado, el tercer bloque, está integrado por la Fuerza del Pueblo y aliados. Es el de más reciente creación, este busca convencer al país de que es la superación ideológica e institucional del PLD, tiene como reto hacer lo que el PRM no ha logrado: probar que su creación implica un salto cualitativo respecto a su origen.
Es tradición, en los partidos políticos, el que la salida de un grupo se explique en función de diferencias ideológicas cimentadas en apreciaciones sobre como regentear el poder y como se mantiene la democracia más allá del interior de los partidos. Como ya expresáramos, en el caso del PRM, no ha quedado claro el por qué se fueron del PRD, a no ser por apetencias personales de los salientes, pues no ha trascendido cuales son los valores que defiende el PRM que lo diferencian del PRD.
El PLD es un desprendimiento del PRD que, en su momento, y por largos años, su fundador, se dedicó, exclusivamente, a explicar a la nación ¿cuales hechos lo condujeron a abandonar su partido de origen? Es dable indicar que hacia los inicios de la década de 1990, el fundador del PLD, dijo que estaba observando en el PLD, hechos que se asemejaban a los que dieron lugar a su salida del PRD. Es decir, este líder político explicaba siempre, los motivos, las razones, las circunstancias y los principios por los cuales abandonaba un partido. No es el caso del PRM, donde todavía la nación está a la espera de que se le diga cuales son las diferencias de fondo entre el PRD y el PRM.
De su lado, los integrantes de la Fuerza del Pueblo (FP), no han dicho al país, los motivos ni las circunstancias que llevaron al ex presidente del PLD, Leonel Fernández, a montar tienda aparte.
Obvio, está clarísimo que lo hizo de forma involuntaria pues, en principio, el detonante de su salida fue el que se le disputó y escamoteó su triunfo en las primarias del mes de octubre de 2019, pero la realidad es que venía siendo objeto de violaciones a sus derechos constitucionales, al interior del PLD, desde mucho tiempo antes. Se podía ver que la cúpula del PLD, no estuvo a gusto con su escogencia en 1994, y que si se plegó a sus designios, luego de las elecciones de 1996 en las que resultó electo presidente de la república, fue por conveniencia, nunca por convicción. De modo que ese pleito estaba casado. Se sabe además, que Leonel ha indicado que su salida tiene origen en asuntos de principios legados al respeto a la Constitución de la república.
Es de público conocimiento, que el doctor Fernández y su nuevo partido, han asumido el legado histórico del movimiento patriótico 1J4 de junio, al punto de que han asumido el himno de ese movimiento patriótico, que se encontraba enquistado en el Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD). Dicen también que la formalidad de lo que es un partido político conforme a los dictados del artículo 216 de la Constitución de la república, se hará oportunamente porque el tiempo transcurrido no le ha sido suficiente para estructurar debidamente esta maquinaria política.
El punto es que la esencia del leonesismo, al parecer, son de izquierda pero el abanico político que compone su bloque de apoyo va más allá de la izquierda, pasa por el centro izquierdismo y se adentra a confines de derecha, pues se conoce que Leonel ha manifestado cierta admiración por la praxis política del abogado doctor Marino Vinicio castillo. Esto implica que las denominaciones derecha e izquierda nada explican en la política de hoy.
De modo que de los tres bloques cuyo objeto es la toma del poder mediante el voto, el más definido es el que se aglutina en torno a Leonel Fernández. Pero al momento de traducir, en términos electorales, posiciones ideológicas, los bloques mencionados entran en un laberinto difícil de descifrar. De ahí que habría que coincidir con Sartori cuando habla de que las ideologías son meros camuflajes de los partidos políticos para ocultar su objeto esencial que consiste en ascender al poder para una vez enquistados en el mismo distribuirse el despojos o ventajas que del mismo se desprenden.
Una conclusión es clave, resulta obvio que el error de la actual dirigencia del PLD y de su bloque, tanto en lo que atañe al PRD como al PLD, es no darse cuenta de la dimensión colectiva del partido político, es decir, si bien el objeto es la toma del poder, este no puede luego presentarse como un asunto personal o de grupo, la realidad es que para ascender al poder, se requiere de un esfuerzo colectivo intenso. La Constitución es contundente cuando en su art.2 expresa que el único soberano es el pueblo y cuando en el art. 50 establece que es legal el enriquecimiento dentro del marco constitucional siempre que dicha riqueza sea creada en la esfera privada, pues es el ámbito de lo individual, porque el sector público es para garantizar el bien común, para trabajar por el pueblo, no para grupos pues esa acción queda prohibida en el art. 146 que lo reputa como corrupción.
Aquel que no lo entiende es sacado del poder, esto ocurrió en el PRD y parece estar ocurriendo ahora en el PLD. Esto hablaría entonces de la inutilidad del poder cuando se emplea para zaherir, dañar e ignorar a aquellos que lo hicieron posible o para impedirle el ejercicio del derecho a elegir y ser elegido. DLH-16-2-2020