Por: José Francisco Peña Guaba.-Lo que está pasando hoy en nuestra nación no es nada nuevo. Si vemos retrospectivamente esto es más de lo mismo, la gran constante de nuestra historia: por causa del gran cansancio que generan sus largos ejercicio de control gubernamental, los grupos de poder político por lo general aliados con el gran capital se resisten rabiosamente a su impostergable salida del Estado.
Ellos buscan siempre o reciclarse o pactar su retiro. Así lo hicieron los trujillistas que votaron en masa contra la UCN para favorecer a quien ellos entendían que les garantizaba tranquilidad, para luego ser los primeros en participar en la derrota del profesor Juan Bosch.
De igual modo lo hizo el neo trujillismo-balaguerista cuando desencadenaron la crisis del 94, creando las condiciones para llevar al Poder al PLD y reciclarse, lo que permitió que sus más destacados miembros se fueran tranquilos a sus casas a disfrutar lo adquirido sin pisar nunca ni un cuartel ni un juzgado.
¿Que podríamos esperar pues, después de 19 años en el Poder de este grupo? ¿Qué hicieran algo diferente a lo que la historia nos ha marcado como destino? De verdad que el solo hecho de pensarlo sería pecar de iluso. Ellos han creado esta crisis, pues no creen que puedan resguardar sus intereses ni con Leonel y mucho menos con Abinader.
De modo que por ahora estamos ante la encrucijada de la “negociación obligada”; pues por encima de todo está la Nación y la necesidad de mantener mínimamente lo que hemos logrado en esta pantomima de democracia. Lo expreso a sabiendas de que casi todos los políticos hemos sido parte de las maquinarias que han construido estos males; pero nos toca hoy ser reflexivos y buscar salidas a una situación que no se debe empeorar.
Resulta infantil pensar que la sustitución de los actuales miembros de la JCE resuelve esta crisis electoral. Ellos sin dudas tienen la responsabilidad de recuperar su buen nombre y deberán de actuar en consecuencia, pues ¿dónde conseguiremos profesionales con experiencia que se quieran meter ahora en este embrollo? Esta Junta tiene que sacarnos en el atolladero, qué tal vez sin quererlo, nos metió.
Apoyo pues que se le dé la oportunidad de hacerlo. Pero por lo demás, preparémonos a una obligada concertación, porque los que están en el Poder y sus amplias redes de beneficiarios prefieren mil veces prender el país por los cuatros costados antes que perder sus privilegios, sus patrimonios y su libertad.
Si ese es el precio qué tenemos que pagar para mantener la paz no tenemos otra opción y al igual que mi padre en el 94 antes de llamar al pueblo a las calles donde humildes hijos de Quisqueya serían los que aportarían los muertos, porque el poder tiene las balas, los llamó a crear un clima de reflexión. Y, si bien es cierto, que no les diré que vayamos a las Iglesias como en el 94, porque sólo iríamos unos pocos, nos toca hacer conciencia y entender que son decisiones patrióticas y no electorales las que debemos que tomar por el bien de una sufrida nación que no espera nada de la crisis en la que la hemos metido la clase política.
No estamos bajando la cabeza ante la imposición abrupta de este poder usurpado y de sus socios empresariales, sólo que no hay salida o acordamos por el país y por la tranquilidad del pueblo o vamos a una confrontación estéril.
Penosamente hay que advertir que estamos hoy los dominicanos sorprendidos que no hayamos superados estos males ancestrales y que las circunstancias nos lleven a un gran acuerdo para salvar los que nos han dejado de “democracia”, al final es más de lo mismo, “una constante histórica”.
Desde FOPPPREDOM haremos lo propio, aportar nuestro grano de arena para que no perezca lo poco que hoy vemos que hemos logrado.
¡Partidos y dirigentes manos a la obra!