Por Thalif Deen. NACIONES UNIDAS, 17 Feb 2020 (IPS) – Cuando el presidente Saddam Hussein dirigió uno de los regímenes más autoritarios del mundo en el Medio Oriente militarmente volátil entre 1979 y 2003, los periódicos estadounidenses lo describían rutinariamente como "el hombre fuerte de Iraq", ya que la mayoría de los periodistas califican a los dictadores en todo el mundo.
En su caso, esa fuerza se basaba en un poderío militar que construyó sobre un arsenal masivo de armas, principalmente de la entonces Unión Soviética (bajo un Tratado de Amistad y Cooperación de 15 años) y también de Francia y Gran Bretaña.
Pieter Wezeman, investigador principal del Programa de Armas y Gastos Militares del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), dijo a IPS que después de 2003, Iraq recibió grandes cantidades de armas de Estados Unidos, en parte como ayuda, y en parte pagadas por Iraq.
Estados Unidos ha sido el mayor proveedor de armas a Iraq entre 2003 y 2018. Sin embargo, Iraq también ha buscado proveedores alternativos, dijo.
"Ya en 2005 ordenó helicópteros de transporte rusos, alrededor de 40 de estos fueron entregados en el periodo 2006-2011. Integrarlos en las fuerzas armadas iraquíes probablemente no fue un gran problema, ya que eran de un tipo que Iraq ya había estado operando desde 1980, cuando los adquirió a la entonces Unión Soviética", señaló Wezeman.
En una conferencia de prensa en el palacio presidencial de Bagdad a fines de 1981 -donde participé y estuve cautivo durante más de cuatro horas-, el presidente iraquí criticó a Irán, con quien estaba en guerra (1980-1988), e igualmente a Israel, por el ataque aéreo de junio de ese año contra el reactor nuclear de Osirak, a unos 20 kilómetros al sur de Bagdad.
Respaldado por su arsenal de armas, Iraq invadió la vecina Kuwait en agosto de 1990 cuando su breve ocupación de siete meses terminó cuando una coalición liderada por Estados Unidos expulsó a los iraquíes que habían desafiado una resolución del Consejo de Seguridad que pedía la retirada de las tropas, en la llamada Primera Guerra del Golfo.
Cuando una coalición liderada por Estados Unidos, esta vez al margen de la ONU, invadió Iraq y derrocó a Saddam Hussein de 2003, la administración de George W. Bush (2001-2009) transformó a Iraq en uno de los mayores mercados de armas de Estados Unidos en Medio Oriente, solo por detrás de Arabia Saudita, Israel y Egipto.
Las armas estadounidenses incluían sofisticados aviones de combate, helicópteros de combate, misiles aire-aire y aire-tierra, buques de guerra, tanques, obuses y vehículos blindados, junto con asistencia militar, en gran medida bajo un bilateral Acuerdo Marco Estratégico.
El diario The Wall Street Journal informó en enero que Iraq estaba considerando comprar un sistema de defensa aérea ruso, después que su gobierno solicitó al parlamento que las estadounidenses, que suman más de 5200, abandonen Iraq.
El gobierno de Donald Trump se ha negado a aceptar esa solicitud, lo que llevó a Iraq a acusar a Estados Unidos de violar el territorio soberano y tal vez la carta de la ONU, en lo que en gran parte sería una reacción de Bagdad al asesinato del mayor general iraní Qassim Suleimani dentro del territorio iraquí.
Consciente de la asistencia estadounidense para luchar contra el radical grupo Estado Islámico, un funcionario iraquí le dijo a The New York Times en enero: "No queremos que los estadounidenses se vayan. Queremos que se vayan las tropas estadounidenses".
Natalie J. Goldring, investigadora principal y profesora adjunta del Programa de Estudios de Seguridad en la Escuela de Servicio Exterior Edmund A. Walsh, de la estadounidense Universidad de Georgetown, dijo a IPS que es lógico que el gobierno iraquí se enfrente a Washington por abrirse a otros proveedores de armas.
Para la experta, Estados Unidos y Rusia protagonizan una carrera armamentista en Medio Oriente. Al avivar la violencia en la región, Washington de hecho está creando futuros mercados para los fabricantes de armas estadounidenses.
"En cambio, el gobierno de Estados Unidos debería estar trabajando para reducir el conflicto y las transferencias de armas a esta región volátil", consideró.
Goldring recordó que Estados Unidos continúa dominando el comercio mundial de armas, representando 36 por ciento del comercio mundial de las principales armas convencionales de 2014 a 2018, según datos del Sipri.
Desde 2005, el estadounidense Departamento de Estado ha aprobado más de 22000 millones en Ventas Militares Extranjeras (FMS) a Iraq, principalmente transferencias de gobierno a gobierno de sistemas y equipos militares utilizando sus propios fondos nacionales.
En esas FMS se incluyeron 46 tanques de combate M1A1, 36 aviones de combate F-16, 24 helicópteros IA407, nueve aviones de carga C-130, paquete de municiones F-16 y equipos de respaldo para varias plataformas aéreas y terrestres.
Wezeman, del Sipri, explicó que fue en 2012 cuando Iraq comenzó a complementar los suministros estadounidenses con nuevos equipos avanzados rusos.
Los iraquíes adquirieron 19 helicópteros de combate Mi-28 (el primer país en recibir este modelo después de la propia Rusia) en lugar de los AH-64 estadounidenses, y otros helicópteros de combate Mi-35 y sistemas de defensa aérea (SAM) Pantsyr-S1.
Alrededor de 2015, añadió, Iraq también ordenó 300 vehículos blindados con seguimiento BMP-3 y 73 tanques T-90S, y desde entonces ha recibido varios lotes de ambos tipos.
Recientemente, dijo, ha habido informes de que Rusia ha estado "ofreciendo" su sistema SAM S-400 de largo alcance, aunque no se sabe si esa oferta es un movimiento unilateral de Moscú o también hay especial interés de Bagdad por adquirirlo.
Operar equipos rusos y estadounidenses uno al lado del otro puede no ser la mejor solución desde una perspectiva logística y de capacitación, pero a pesar de eso, Iraq ha optado por hacerlo.
Es probable que la razón principal de esa elección esté relacionada con el objetivo de reducir la dependencia de Estados Unidos, que pudo acelerarse tras el asesinato del general iraní Suleimani en su territorio, sin olvidar que los precios de los equipos rusos son más bajos.
Operar equipos rusos y estadounidenses a la vez tampoco es exclusivo de Iraq.
India ha estado operando armas rusas (y antes soviéticas) y de otros países europeos desde la década de los 60 y durante la última década también ha agregado cada vez más armas estadounidenses a su mezcla de armamento.
Jordania ha operado conjuntamente sistemas SAM estadounidenses y soviéticos desde los años 80, mientras que Grecia, miembro de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), adquirió sistemas SAM rusos en torno al año 2000 y Turquía, otro miembro de la OTAN, compró sistemas SAM rusos el año pasado.
"Por lo tanto, se ha hecho y, por lo tanto, puede considerarse posible. Esa es una razón más para que Estados Unidos se preocupe por eso", señaló Wezeman.
Goildring, por su parte, recordó que cuando el parlamento iraquí aprobó la erradicación de todas las tropas extranjeras en su territorio, la administración estadounidense rechazó públicamente la votación.
"El presidente Trump continúa cometiendo una peligrosa falacia: que Estados Unidos puede dar el último paso en asuntos de seguridad internacional. Aunque la resolución legislativa no es vinculante, da a entender el alcance de la ira iraquí con la decisión del gobierno de Estados Unidos de violar su soberanía, asesinando al general iraní Suleimani en suelo iraquí", planteó la especialista.
A su juicio, Trump "actúa como un acosador, tanto a nivel internacional como nacional. Ignora las leyes que considera objetables y actúa como si el gobierno estadounidense hiciera lo que quiera donde quiera".
Si el gobierno iraquí implementa esta resolución legislativa, además de eliminar las fuerzas terrestres, a Estados Unidos se le prohibiría sobrevolar el espacio aéreo iraquí, entre otras restricciones ", dijo Goldring.