Por David R. Lorenzo/ Las protestas en la Plaza de la Bandera de la ciudad de Santo Domingo de la República Dominicana, protagonizadas principalmente por jóvenes, y que se han extendido por otras ciudades, por la suspensión de las elecciones municipales del 16 de febrero, se han convertido en verdaderas tribunas para ejercer la libertad de expresión.
Lo que se inició con una concentración convocada por un grupo de jóvenes a través de las redes sociales, se ha transformado en una protesta generalizada por casi todo el país y en varias ciudades del exterior, donde residen dominicanos, en la que participan personas de diferentes ideologías, edades y clases sociales, incluyendo hasta del partido de gobierno.
Cuando se pensaba que el espíritu guerrero del pueblo dominicana había muerto y que la juventud ideológica y combativa se había extinguido, la inesperada suspensión de las elecciones fue el detonante para el inicio de las protestas, de un sector cansado del continuismo, la corrupción de todos los partidos que han gobernado, la impunidad, las desigualdades sociales y el control estatal.
De entre la juventud sin valores y ni ideologías, permeada por los vicios, como el alcohol, sexo, drogas, juegos, hookahs y a veces irrespetuosa de hasta de sus padres, tatuada, esclavizando hasta su piel, que se hace llamar “Popis” o “Wawawá”, surgió un sector sano que se creía extinto, como sale una hermosa mariposa de la crisálida.
Un pequeño grupo de muchachos llamó a concentrarse frente a la Plaza de la Bandera, al frente del edificio de la Junta Central Electoral, para protestar pacíficamente por la suspensión de los comicios y exigir una explicación por la falla técnica o sabotaje, como se quiera llamar, del voto electrónico, que dio origen a su suspensión.
Esa pequeña acción se convirtió de inmediato en lo que considero la más grande protesta pacífica que se haya realizado en la República Dominicana, repetida cada día por más de una semana, no sólo en Santo Domingo, sino en casi todo el país y en ciudades como Nueva York, San Juan y Madrid.
El contagio es tal, que desde niños hasta ancianos, algunos en sillas de ruedas, acuden cada día a los lugares de protesta, con cornetas, trompetas, pitos, tambores, violines, bocinas y otros instrumentos para expresarse. Paralelamente, en muchos sectores se realizan “cacerolazos”.
Casi todas las personas vestidas de negro y con banderas dominicanas, sin importar su edad, llevan carteles con diferentes leyendas. También, producen coreografías y escenas artísticas, dando rienda suelta a la creación, que van desde críticas a la suspensión de las elecciones, a los miembros de la Junta Central Electoral, a funcionarios públicos y dirigentes de partidos políticos de la oposición, aunque el gobierno es el que lleva la peor parte.
Igualmente, se lanzan consignas de todas las variedades, como una del joven cabo de la policía Nacional, José de Jesús Batista, que sorprendió al unirse a la protesta y vociferó una consigna, acompañado de un coro de chicos, que decía “Yo no aguanto esto estoy desesperao, mi país es rico, pero mal administrao”, que también se hizo viral, lo que le valió una orden de apresamiento y su posterior salida de la institución.
Varios jóvenes improvisan canciones alusivas a la situación, y algunas de ellas se han convertido igualmente en contagiosas por sus letras y melodías, como la de una señorita que dice en una de sus estrofas: “porque en todas las batallas, el joven con su lucha a cuesta siempre va a prevalecer….Se van”.
También, en varias ocasiones se han visto jóvenes partidarios del gobierno del presidente Danilo Medina con carteles que dicen “.Soy del PLD, tengo derecho a exigir elecciones claras”. A las protestas se han sumado artistas, deportistas y otras figuras públicas. Algunas hasta han expresaron que viajarán del exterior para sumarse a las mismas, como Zoe Saldaña, una de las protagonistas de la película “Avatar”.
Simultáneamente, las redes sociales están llenas de imágenes de las protestas, pancartas con leyendas de diferentes tipos, canciones, discursos, mensajes y memes.
Con escasos incidentes en término generales, el gobierno ha permitido que se desarrollen pacíficamente las protestas, sin que se hayan producido por el momento, muertos o heridos.
La libertad de expresión está contenida en el artículo 49 de la Constitución dominicana: y dice: “Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio de comunicación, sin que se pueda establecer censura previa”.
Personalmente considero a la libertad de expresión como el derecho que tiene todo ciudadano de expresar libremente sus pensamientos, así como investigar, denunciar, enfrentar y difundir los actos ilegales, arbitrarios y pecaminosos de cualquier poder, principalmente el público, dentro del marco de la ley, sin que pueda ser perseguido, apresado, desterrado o asesinado.
Sin lugar a dudas, las protestas han dado lugar a las más diversas manifestaciones, ingenio y creatividad para hacer valer, la libertad de expresión, el derecho fundamental más importante para luchar contra las dictaduras, los abusos, las desigualdades, las arrogancias, las prepotencias, el continuismo y las impunidades en un estado que se dice ser social y democrático de derecho, que persigue una democracia participativa.