La aplastante victoria del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en las elecciones extraordinarias municipales permite apreciar que los dominicanos nos encaminamos hacia una nueva etapa política, con indudable repercusión en los resultados de las elecciones presidenciales y congresuales del 17 de mayo venidero.
El mapa electoral ha cambiado con la incursión de sectores de capas medias y a partir de ahí habrá que analizar qué nos repara el destino político dominicano.
¿Quiénes son sus principales protagonistas? Los jóvenes que desafiaron las presiones del poder para exigir en las calles el respeto a la democracia y a la institucionalidad, hecho sin precedentes en la historia política del país.
Ello se tradujo en un factor devastador de descontento y repudio hacia los candidatos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en los principales centros urbanos.
Este triunfo del principal partido de oposición termina el predominio ejercido por la organización oficialista en varios ayuntamientos del Gran Santo Domingo y en los 105 municipios que todavía controla.
Al mismo tiempo, derriba el caciquismo y dinastía de la familia los Peña en Santo Domingo Oeste y de Amable Aristy Castro en Higüey, éste último cuya incidencia de más de cuatro décadas se extiende a toda la provincia La Altagracia, región Este.
Representa además, un revés para las aspiraciones presidenciales de Gonzalo Castillo, cuya estrategia apuntaba a que los candidatos municipales peledeistas obtuvieran mayoría en los gobiernos municipales para así afianzar un “eventual triunfo” suyo en mayo.
La propia oposición estaba consciente de la importancia de alcanzar un éxito electoral en la contienda municipal porque a partir de ahora, se abren las compuertas para Luis Abinader ganar en primera vuelta.
La Dirección del PLD ha reconocido los resultados de las pasadas elecciones municipales pretendiendo “minimizarlos”, aduciendo que hubo prácticamente un “empate” en los porcentajes de votos para ambas organizaciones.
Hay que esperar el conteo final por parte de los técnicos de la Junta Central Electoral que, según el párrafo 4 del artículo 247 de la Ley 15-19 Orgánica de Régimen Electoral, el Cómputo “deberá quedar terminado dentro de un período no mayor de dos (2) días”, tras el cierre de las votaciones.
Entonces se sabrá públicamente la distribución de los 3,849 cargos que se disputaban los partidos políticos entre los 158 municipios donde se ejerció el sufragio.
Los delegados nacionales e internacionales han encomiados la participación ejemplar de la población en el certamen así como su organización.
La crisis del PLD
Quedan nuevamente evidenciadas las profundas diferencias entre los seguidores del Partido de la Liberación Dominicana y los de la Fuerza del Pueblo que lidera el ex presidente Leonel Fernández.
Y se aprecia que las mismas son irreconciliables e insalvables, lo que por supuesto beneficia a la oposición.
La división interna del partido morado sigue haciendo metástasis a juzgar por las “felicitaciones” que irónicamente difunden en las redes sociales colaboradores cercanos de Fernández, quienes acusan al presidente Danilo Medina por la derrota del domingo.
De su lado, los líderes del PRM tienen por delante el gran reto de permanecer unidos monolítica y políticamente enarbolando los principios de combatir la corrupción administrativa; de nombrar un fiscal especial independiente para castigar a los corruptos, respetar la gobernabilidad democrática, el estado de derecho entre la ciudadanía y los poderes públicos y de adoptar las medidas económicas que permitan nuevas inversiones, generación de empleos así como reducción de la pobreza.
El gran reto
“Hoy comenzó el cambio. Pero este es solo el inicio”, expresó el candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno, Luis Abinader, en un acto con dirigentes y militantes de esa entidad política tras conocerse los primeros resultados de las votaciones del domingo 15.
Ciertamente, quedan dos batallas electorales a librarse en mayo donde se elegirán al Presidente y Vicepresidente y a los Diputados y Senadores.
Habrá nuevamente encendidos discursos en campos y ciudades con las principales propuestas de los candidatos y lógicamente, un incremento de encuentros, exposiciones y debates que buscarán captar la adhesión del electorado.
Si la oposición liderada por Abinader, mantiene su identificación y discurso de campaña en sintonía con los grupos populares y de los jóvenes que demandan su inclusión en la toma de decisiones, podrá capitalizar para sí otro éxito electoral.
En cambio, el candidato del PLD Gonzalo Castillo tendrá que convencer a esas capas medias de las áreas urbanas que rechazaron su oferta electoral el pasado domingo.
Artículo de Manuel Díaz Aponte
Lunes, 16 de marzo de 2020