La mitad de la población estudiantil del mundo, más de 850 niños y jóvenes, no asiste a la escuela debido a los cierres de emergencia realizados por los Gobiernos para evitar la propagación del coronavirus COVID-19, informó este miércoles la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Hasta la última hora de ayer 17 de marzo, 102 países habían dispuesto cierres nacionales y once más habían decretado cierres locales. En tan sólo cuatro días se duplicó el número de estudiantes que no pueden a acudir a los centros de enseñanza y se prevé que la cantidad de escuelas cerradas temporalmente siga aumentando a medida que haya más contagiados con el virus.
Este escenario sin precedentes por su escala y rapidez ha obligado a los países a buscar soluciones que permitan continuar la educación a distancia para no interrumpir la enseñanza, no arriesgar a los estudiantes ni docentes y contener la cadena de transmisión del coronavirus.
Como respuesta inmediata a los cierres masivos, la UNESCO ha establecido un grupo de trabajo para brindar asesoramiento y asistencia técnica a los Gobiernos que trabajan con el objetivo de proporcionar educación a los estudiantes fuera de la escuela.
Además, la agencia de la ONU ha echado a andar una coalición mundial que reúne a socios multilaterales y al sector privado, entre ellos Microsoft y GSMA, para ayudar a los países a desplegar sistemas de aprendizaje a distancia a fin de reducir al mínimo las perturbaciones educativas y mantener el contacto social con los alumnos.
Recomendaciones
La UNESCO también emitió las siguientes recomendaciones para garantizar la continuidad del aprendizaje durante el cierre de las escuelas.
Examinar el estado de preparación y escoger los instrumentos más pertinentes
Optar por la utilización de soluciones de alta o débil tecnología en función de qué tan confiable sean el abastecimiento de energía y el acceso a internet a nivel local y de las competencias digitales de los docentes y alumnos. Puede tratarse de plataformas de aprendizaje digital, lecciones por video, cursos masivos en línea, e incluso de la difusión de los cursos mediante cadenas de radio y canales de televisión.
Garantizar el carácter inclusivo de los programas de aprendizaje a distancia
Aplicar medidas para garantizar el acceso de los alumnos, fundamentalmente los discapacitados o los que provienen de familias de ingresos bajos, a los programas de aprendizaje a distancia, en caso de que no todos dispongan de dispositivos digitales. Considerar la posibilidad de transferir temporalmente este tipo de dispositivos de las salas de informática a las familias, proporcionándoles un acceso a internet.
Proteger la privacidad y la seguridad de los datos
Evaluar el nivel de seguridad durante las descargas de datos o de recursos pedagógicos en los espacios de la web y al transferirlos a otras organizaciones o personas. Velar por que la utilización de las aplicaciones y plataformas no afecte la privacidad de los datos de los alumnos.
Aplicar soluciones a los problemas psicosociales antes de impartir la enseñanza
Movilizar los instrumentos disponibles para crear vínculos entre las escuelas, los padres, los docentes y los alumnos. Crear comunidades para garantizar las interacciones sociales regulares, dar prioridad a las medidas de protección social y responder a los problemas psicosociales que los alumnos pueden encarar en situaciones de aislamiento.
Planificar el desarrollo de los programas de aprendizaje a distancia
Organizar mesas redondas con las partes interesadas para examinar la duración del cierre de los centros escolares y determinar si el programa de aprendizaje a distancia debe centrarse en la enseñanza de nuevos conocimientos, o más bien reforzar los ya adquiridos durante las lecciones precedentes. Organizar los calendarios teniendo en cuenta la situación de la zona afectada, el nivel de enseñanza, las necesidades de los alumnos y la disponibilidad de los padres. Escoger los métodos pedagógicos adecuados, en función del contexto con respecto al cierre de las escuelas y la cuarentena. Evitar los métodos pedagógicos que requieren una comunicación presencial.
Proporcionar a los docentes y alumnos asistencia en cuanto a la utilización de las herramientas digitales
Organizar sesiones cortas de formación u orientación para los docentes y los padres en caso de que requieran seguimiento y acompañamiento. Ayudar a los docentes a garantizar las condiciones materiales necesarias para la continuidad del aprendizaje, por ejemplo, soluciones en la utilización de los datos móviles con miras a difundir los cursos en directo.
Combinar los enfoques adecuados y limitar la cantidad de aplicaciones y de plataformas
Combinar los instrumentos o los medios de comunicación a los que los alumnos tienen acceso en cuanto a las comunicaciones y cursos sincronizados y en el aprendizaje asincrónico. Evitar abrumar a los alumnos y a los padres pidiéndoles que descarguen o prueben una gran cantidad de aplicaciones y plataformas.
Establecer las reglas para el aprendizaje a distancia y dar seguimiento al proceso de aprendizaje de los alumnos
Definir con los padres y los alumnos las reglas del aprendizaje a distancia. Elaborar las preguntas, las evaluaciones y los ejercicios de formación cuyo objetivo es dar seguimiento al proceso de aprendizaje de los alumnos. En la medida de lo posible, utilizar los instrumentos mediante los cuales los alumnos podrán transmitir sus comentarios para no abrumar a los padres, pidiéndoles que los reproduzcan y los envíen.
Definir el tiempo de duración de las unidades de aprendizaje a distancia en función de las aptitudes de autorregulación de los alumnos
Mantener un ritmo de enseñanza coherente con el nivel de autorregulación y de las aptitudes metacognitivas de los alumnos fundamentalmente para las clases que se difunden en directo. La unidad de aprendizaje de los alumnos de primaria no debe sobrepasar, de preferencia, los 20 minutos, y la de los de secundaria, los 40 minutos.
Crear comunidades y favorecer los vínculos sociales
Crear comunidades de docentes, padres y directores de escuelas para combatir el sentimiento de soledad o de sufrimiento del alumno y facilitar los intercambios de experiencias, así como el debate de las estrategias de gestión de las dificultades de aprendizaje.