Aprendí durante mis estudios en la carrera de derecho que el uso y las costumbres son el origen de las leyes. Desde entonces escucho la manoseada frase de que “La costumbre hace ley”. Es cierto.
Muchas cosas incorrectas que hacemos, terminan aceptándose como válidas. Por ejemplo: desobedecer las reglas del tránsito, sobornar o aceptar sobornos, robar al erario público, invadir propiedades públicas y privadas, alterar las facturas de pagos por servicios de agua, electricidad, cable o uso de celulares, instalar conexiones ilegales para no pagar agua ni luz (es lo mismo que robar), etc.
Son irregularidades desafiantes a las leyes, que existen y no se combaten por falta de voluntad política de quienes nos gobiernan. Son cosas que se permiten, de forma deliberada, pues la política se le impone al decoro, a la ética, la moral y el respeto a las normativas jurídicas. Son comportamientos asimilados de generación en generación como algo normal.
Millones de personas en el mundo desacatan el espíritu de la ley y se resisten a cumplirla. Son promotores del desorden. La desobediencia ya es parte de nuestra cultura; lamento decirlo.
Esa es la razón por la que miles de ciudadanos desobedecieron la declaratoria del toque de queda en República Dominicana emitida por el Poder Ejecutivo, iniciativa que busca prevenir contagios por coronavirus. Son rebeldes sin motivos o sin causas. ¿Qué sería del mundo sin las leyes?
Según los textos jurídicos, el concepto de ley no existiría si el hombre no hubiera decidido organizarse en comunidad y hubiera tenido que aprender a vivir en consonancia a ellos. Esa normativa era una manera de hacer que la convivencia entre las personas fuera posible de una forma ordenada, creando unos derechos comunes a todos e intentando evitar conductas inapropiadas. Así funcionaba la sociedad antigua hasta que la ambición personal y la malicia se apoderó de la conciencia de la humanidad. Fue necesario, entonces, crear mecanismos para imponer el orden.
Hay constancia de que 3000 años antes de Cristo, los antiguos egipcios ya tenían un código civil de 12 tomos, escritos no en su lenguaje de jeroglíficos, y basados en las prerrogativas de Maat, diosa de la verdad y la justicia.
El primer código de leyes fue realizado por el rey sumerio Ur-Nammu, doce siglos después, aunque más conocido es el código de Hammurabi, rey babilónico que dio su nombre a un compendio de leyes que el gobernante inscribió en piedra, y que ha sido objeto de estudio hasta la actualidad.
Grecia, considerada la cuna de la democracia, no tenía verdadero código escrito, ya que para ellos la ley se componía de tres tipos básicos: la ley divina, los decretos humanos y la costumbre, que eran interpretados por los sacerdotes, los prohombres de la clase gobernante (filósofos y militares en su mayoría) y la clase popular respectivamente. Habría que esperar a que el Imperio Romano recogiera algunos de sus preceptos y desarrollara los suyos propios, creando el primer sistema legal común a todos los habitantes del Imperio y plasmado en papel gracias a la escritura y el idioma latino.
Aunque los regímenes dictatoriales, imperiales y feudales de los siglos siguientes y la Edad Media dejaba la interpretación de las leyes a una única persona, o al menos a un núcleo bastante pequeño de ellas, en Europa los eruditos siguieron creando sus propios sistemas legislativos. Carlomagno, el emperador Justiniano y Enrique II de Inglaterra fueron algunos de los gobernantes que impulsaron la creación de un sistema de leyes, además de algunas organizaciones como los mercaderes e incluso los eclesiásticos, que buscaban con ellos salvaguardar sus intereses frente al resto de la población e incluso de los que ostentaban el poder.
El feudalismo cayó y empezaron a surgir los estados modernos tal y como los conocemos hoy en día, y fue entonces cuando las leyes empezaron a hacerse universales; poco a poco al principio, claramente beneficiando a las clases altas, hasta llegar a nuestros días donde su principal función es hacer que cualquier ciudadano sea igual a otro en cualquier circunstancia legal, sin importar clase social, raza, género o religión.
Los 10 mandamientos de los que habla la Biblia son muestras de que Dios tuvo que crear un código para reprimir la conducta o rebeldía del hombre. En el relato del libro Génesis, en el Antiguo Testamento, Dios castiga» a la humanidad por su arrogancia y hostilidad exponiendo al hombre a la confusión de lenguas, cuando trató de construir la Torre de Babel para llegar al cielo.
Existen en el mundo leyes incomprensibles que nadie acaba de creer que sean serias o ciertas, que tenían sentido cuando se crearon, pero la mayoría fueron establecidas hace siglos, y las circunstancias sociales han cambiado bastante.
Veamos algunos ejemplos de leyes extrañas que, me imagino, ya fueron desactivadas:
-En la ciudad de Milán, Italia, existe la prohibición de fruncir el ceño, excepto durante un funeral o una visita al hospital. Así que no dejes de sonreír o podrías llevarte como mínimo un correctivo de algún policía local.
-Desde el 2004, en Singapur está prohibido comprar o vender chicles, y escupirlos en las calles conlleva a una multa bastante alta.
-En la isla de Capri, de Italia, localizada en el mar Tirreno, en el lado sur del golfo de Nápoles, frente a la península Sorrentina, no se permite llevar calzado que produzca un sonido fuerte al caminar, como chanclas y sandalias.
-En el estado australiano de Victoria, está prohibido cambiar una bombilla por uno mismo; es necesario siempre llamar a un profesional para hacerlo.
-Para evitar la propagación de la gripe porcina, en 2009 el alcalde de un pequeño pueblo francés, Coulaines, prohibió escupir.
-En Inglaterra, está prohibido morir en cualquiera de los edificios que pertenezcan al Gobierno y al Parlamento. En su origen, esto evitaba que cualquier ciudadano pudiera pedir un funeral de Estado, por haber fallecido en uno de estos lugares considerados como patrimonio real.
-En la ciudad de Melbourne, Australia, está prohibido pasar la aspiradora entre las 10 de la noche y las 7 de la mañana, para garantizar el sueño de los ciudadanos.
-En la ciudad rusa de Chelyabinsk, en Rusia, conducir un vehículo que no esté lo suficientemente limpio va contra la ley, y los propietarios o conductores pueden ser multados.
-En la capital de Hawai, Honolulú, está prohibido cantar en voz alta una vez que llega el atardecer, a pesar de ser uno de los más famosos destinos turísticos del mundo.
-En la ciudad de Lanjarón, provincia de Granada, España, famosa por su agua mineral, se promulgó una ley bajo la cual estaba prohibido morir; se debió a la falta de espacio en el cementerio, y se mantuvo hasta que se amplió el camposanto.