Por Rafael Gómez.-Nueva York.- Cada día que transcurre, la pandemia del Coronavirus sigue infectando y matando a más ciudadanos en Estados Unidos. Hasta el momento, las autoridades de salud sólo pueden detectar las personas infectadas, pero no tienen un antídoto efectivo para detener el contagio colectivo que sigue avanzando de manera vertiginosa.
Esta semana el presidente Donald Trump minimizó el peligro del virus, descuidando la protección de la salud de los ciudadanos norteamericanos, por concentrarse en proteger la economía de la nación.
En la actualidad, los números de ciudadanos infectados aumentan en forma considerable en la mayoría de los estados de la Unión, lo mismo que el número de muertes por esta causa.
La población de Estados Unidos está cerca de alcanzar los 333 millones 500 mil habitantes. La última cifra actualizada de infectados por coronavirus arrojaba este sábado 104,256 personas a nivel nacional, un poco más del 0.03% del total. Es una cantidad ínfima, pero muy preocupante ante el aumento diario de contagiados por la falta de un plan de control o detección del auge de esta pandemia.
El estado de Nueva York tiene el más alto número de enfermos por coronavirus en todo Estados Unidos, con 45,934 personas. Un espantoso 44% del total a nivel nacional. Pero con el agravante de que cada día experimenta un crecimiento sorprendente.
Apenas se sabe cómo detectar los infectados y ya van más de 1,700 muertos por esta causa. El vicepresidente Mike Pence dijo que hasta el viernes 27 por la mañana se habían realizado más de 685 mil pruebas de coronavirus en los Estados Unidos.
“El virus no tendrá una oportunidad contra nosotros. Ninguna nación está más preparada o es más resistente que Estados Unidos”, dijo el presidente Donald Trump el pasado 11 de marzo en un discurso a la nación desde la Oficina Oval de la Casa Blanca. Pero en las más de dos semanas transcurridas desde entonces, la situación se ha tornado más que espeluznante.
La seguridad nacional en materia de salud está seriamente comprometida con el avance del Covid-19, pandemia que está destruyendo no solo la economía de los Estados Unidos, la que tanto quiere proteger Trump.
El presidente norteamericano insiste en sus planes de salvamento económico y desea “abrir” la nación en las celebraciones de Pascua a principio de Abril mientras el sistema de salud colapsa por la gran cantidad de enfermos. Sin salud no habrá economía. Ambos sistemas están al borde de la quiebra por la pandemia.
Sin duda alguna que su falta de estrategia como líder político para establecer un plan efectivo de control de la expansión y cura de la pandemia ha permitido que el coronavirus continúe avanzando de forma alarmante por todo el país, con su secuela de muertes.
Funcionarios y analistas de salud estiman que lo peor aún no ha llegado y consideran un error del mandatario su deseo de apertura a principios de Abril cuando lo que se necesitan son más estrictos controles y más recursos hospitalarios como lo están reclamando los gobernadores estatales para enfrentar la pandemia.
Está claro que el presidente Trump está perdiendo la batalla contra el coronavirus. Y por su falta de visión de cómo proteger a los Estados Unidos en esta invasión bacteriológica avisada está perdiendo la confianza en el pueblo norteamericano con miras a las elecciones presidenciales de noviembre próximo y donde está en juego su reelección presidencial.
Por los reportes de salud publicados cada día sobre el Covid-19, la esperanza de los norteamericanos de sobrevivir ante esta enfermedad decae al ver cómo el máximo líder demuestra impotencia ante un enemigo que como este virus sigue demostrando que podría ganarle la guerra, sin necesidad de disparar un solo tiro.
De continuar la infestación a nivel nacional, no habrá clamor divino que valga. La muerte va a entrar a los hogares de los estadounidenses, aunque no le abran la puerta.
Si las autoridades sanitarias norteamericanas bajo el mando de Donald Trump no presentan un antídoto rápido y efectivo contra el Covid-19, la guerra declarada contra esta pandemia se perderá haciendo desaparecer una buena parte de la población dentro de los Estados Unidos.