Afirmar que algún país del mundo posea un sistema sanitario preparado para afrontar una situación sanitaria de pandemia viral como la que está generando el coronavirus es mentir, pero afirmar que las universidades de muchos países del mundo cuentan con institutos y laboratorios de investigación viral, bacteriológica y química es una verdad de a puno que no puede negar el modelo neoliberal.
Es una realidad que las universidades del país no han llegado a tomar en serio la investigación cientifica. Es más, ninguna de nuestras universidades privadas se han ocupado del asunto. En cambio, la universidad pública, con todas sus limitaciones, cuenta con varios laboratorios, una escuela de bioanalisis, otra química y biología, y varios institutos de investigación científica, etc., que son las que están orientando al país y presentando soluciones aun sean elementarías. Es decir, la educación pública es capaz de realizar actividades de gran importancia científica y decisiva en situaciones de crisis, aunque desde el punto de vista comercial la ideología neoliberal la tache de recursos perdidos o no rentables.
Sin embargo, la situación por la que atraviesa el mundo desmiente ese punto de vista. Nos encontramos a las puertas de una recomposición mundial sobre los valores y la función del conocimiento en la sociedad actual y, se observa, que la peor carga la lleva la ideología neoliberal, pues incluso, países calificados de autoritarios están demostrando mayor desempeño que las llamadas economías abiertas. Esta situación conduce a una revisión profunda no de la democracia sino del neoliberalismo, pues es esta ideología y sus recetas, las que han conducido al mundo libre a un callejón sin salida.
El Estado Dominicano ha de plantearse prioridades propias, pues de persistir el desastre viral, solo nos salvara nuestra capacidad para elaborar respuestas propias. Es lamentable que prácticamente todo el mundo occidental esté pasando por la humillación de depender de recetas chinas y cubanas cuando por mucho tiempo se nos trató de convencer de que la libertas –al estilo occidental-, es el mejor de los mundos posibles. Pero, evidentemente, tiene también notables falencias.
Entendemos que los empresarios nacionales, así como en algún momento se dieron cuenta de que debían construir hospitales regionales que salvaran vida por ataques fortuito a la salud de sus integrantes, habrán de tomar consciencia de que la inversión en investigación científica, no es un gasto sino una actividad con mayores posibilidades de salvar vidas que una cuenta en un paraíso fiscal o un seguro internacional, pues en realidad, de lo que se trata es de estar en capacidad para responder oportunamente a una pandemia.
Vayan nuestras felicitaciones para la UASD, sus institutos y sus laboratorios. Al gobierno y a las autoridades de la UASD que tomen consciencia de que se deben fortalecer estos órganos igual o más que la docencia y que su labor debe ser coordinada con los hallazgos de asuntos prácticos que se presentan en nuestros hospitales y clínicas.
Si alguna modificación requieren la ley del Sistema Dominicano de Seguridad Social y la ley de salud, es precisamente la de destinar parte de los recursos que holgadamente manejan las ARS, AFP y las ARL, es en el área de investigación para la salud. Esto sería más sensato que salir a repartir esos fondos o dejarlos, como ocurre ahora, solo al servicio de emergencias de la banca y del gobierno.
Si queremos vencer al coronavirus y preparar el país para futuras pandemias producto de errores humanos y del cambio climático, esta es la mejor inversión, es más, el capital de los seguros debería estar ya creando y financiando institutos de investigación y fortaleciendo los existentes. Cuando a los millonarios del área que fuere se le solicitan aportes de emergencia, entendemos que lo que se les debería pedir es que inviertan en investigaciones científicas proveyendo los fondos necesarios para crear institutos de investigación en coordinación con universidades y centros de salud.
Finalmente, la UASD también requiere un llamado a que, dentro de sus limitados recursos, aporte algo más a la investigación porque cuenta con la estructura y los institutos necesarios, mas no con el apoyo y la logística que estos requieren. Es como si estuviere en el camino correcto pero sin el medio de transporte adecuado para recorrer el camino que ya posee y en el cual se encuentra. DLH-30-3-2020