El Fondo Monetario Internacional (FMI) describió como sombrío el panorama financiero y económico mundial y puso de ejemplo que en los últimos dos meses han salido de los mercados emergentes aproximadamente US$100.000 millones de inversiones de cartera, monto más de tres veces mayor que en el mismo período de la crisis financiera mundial.
Así lo plantea Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI quien recuerda que hace tan solo tres meses se esperaba para 2020 un crecimiento positivo del ingreso per cápita en más de 160 de nuestros países miembros.
“Hoy, ese número ha dado un giro de 180º: ahora proyectamos que más de 170 países experimentarán un crecimiento negativo del ingreso per cápita este año” agregó.
Planteó que esas desalentadoras perspectivas conciernen tanto a las economías avanzadas como a las economías en desarrollo. “Esta crisis no conoce fronteras. Ha afectado a todo el mundo” sostuvo.
Explica que debido a las necesarias medidas de contención adoptadas para frenar la propagación del virus, la economía mundial se está viendo gravemente afectada.
Esto es especialmente cierto en el caso del comercio minorista, la hostelería, el transporte y el turismo. En la mayoría de los países, la mayor parte de los trabajadores son autónomos o están empleados por pequeñas y medianas empresas. Estas empresas y trabajadores están especialmente expuestos.
“Y, al igual que la crisis sanitaria afecta más duramente a la población vulnerable, se prevé que la crisis económica afecte con mayor dureza a los países más vulnerables” indica Georgieva en su mensaje colgado este jueves en el portal del FMI.
Le preocupa que los países de mercados emergentes y de bajo ingreso —en África, América Latina y gran parte de Asia— enfrentan un alto riesgo.
“Dado que sus sistemas sanitarios son más débiles para empezar, muchos se enfrentan al terrible desafío de luchar contra el virus en ciudades densamente pobladas y barriadas asoladas por la pobreza, donde el distanciamiento social difícilmente es una opción”.
Esos países dijo, con menos recursos para empezar, están gravemente expuestos a los shocks de demanda y de oferta, y al drástico endurecimiento de las condiciones financieras que se están produciendo, y algunos pueden enfrentar una carga de la deuda insostenible.
Es entonces cuando se refiere a la gran presión externa que sufren esas naciones y señala que en los últimos dos meses han salido de los mercados emergentes aproximadamente USD 100.000 millones de inversiones de cartera, monto más de tres veces mayor que en el mismo período de la crisis financiera mundial.
Añade que los exportadores de materias primas están sufriendo doblemente debido al colapso de los precios de las materias primas. Y se espera que las remesas —el sustento de tanta gente sin recursos— se reduzcan.
“Estimamos que las necesidades brutas de financiamiento externo de los países de mercados emergentes y en desarrollo se elevan a billones de dólares, y estos países pueden cubrir solo una parte de ellas por sí solos, con lo cual el déficit de financiamiento es de cientos de miles de millones de dólares. Necesitan ayuda, urgentemente”.
Pero menciona noticias alentadoras, como que todos los gobiernos se han lanzado a actuar “y, de hecho, ha habido una coordinación significativa. Nuestro Monitor Fiscal de la próxima semana mostrará que países de todo el mundo han adoptado medidas fiscales que ascienden a aproximadamente USD 8 billones. Además, el G-20 y otros países han adoptado medidas monetarias de enorme cuantía”.
Refiere que muchas de las naciones más pobres están adoptando también valientes medidas fiscales y monetarias, al tiempo que luchan contra este shock fundamental para sus sistemas, y con mucha menos capacidad de acción que los países ricos.
Tras concluir con la panorámica de la situación en que se encuentra hoy la economía mundial, la gerente del FMI concluye en que no cabe duda de que 2020 será extraordinariamente difícil.
“Si la pandemia se disipa en el segundo semestre del año —lo que permitiría un levantamiento gradual de las medidas de contención y la reapertura de la economía— nuestra hipótesis de base es que se producirá una recuperación parcial en 2021. Pero, de nuevo, subrayo que existe una tremenda incertidumbre en torno a las perspectivas: podrían empeorar en función de muchos factores variables, incluida la duración de la pandemia.
Y, lo que es fundamental, todo depende de las medidas de política que adoptemos ahora.