Por más difícil que parezca, lo vamos a lograr. Con la buena voluntad y el esfuerzo y de todos, aún frente a todos los pronósticos de catástrofe, y ante los embates y el dolor que han dejado los casi dos millones de contagiados y más de 111 mil muertos a nivel global.
En medio de la desgracia, tenemos que ser optimistas. Nuestro país y el mundo vamos a ganarle esta guerra al Coronavirus o Covid-19, que se expande por todos los confines con una voracidad que causa horror.
El miedo que infunde el Coronavirus en la población está reflejado en las alarmantes cifras de infectados y de muertes dadas a conocer cada día a nivel mundial y por país, situación que obliga a que se extiendan los períodos de cuarentena.
La sociedad dominicana llora la muerte de 183 personas y de los 3,286 infectados por el virus (hasta este martes 14 de abril). Aunque hay quienes sostienen que las cifras de infectados y fallecidos por Covid-19 superan las cifras oficiales.
Quienes están al frente arriesgando su propia existencia, como son los médicos, enfermeras y otro personal clínico se cuentan entre las víctimas de esta pandemia, lo mismo que militares y policías enviados a servir al prójimo y a su país.
La aplicación de pruebas tardías, o no aplicar tratamientos oportunos en pacientes sintomáticos han llevado angustia y desesperación a miles y miles de familias.
Otro ingrediente negativo para la población es la crisis económica que ya tenemos encima. En días recientes la Comisión Económica para América Latina (Cepal), organismo regional de la ONU, advirtió que “estamos ante el principio de una profunda recesión. Estamos ante la caída del crecimiento más fuerte que ha tenido la región”.
Aún con cuarentena y toque de queda, miles de ciudadanos siguen llenando las calles y establecimientos comerciales en todo el país. Muchos ni siquiera sin llevar la debida protección.
Por la irresponsabilidad de unos pocos, no podemos permitir que se ponga en riesgo a toda una nación, que en más de un 99% ha acatado el llamado de quedarse en sus casas.