Como si no bastara tanto dolor por el terrible Covid-19 diseminado mundialmente, ahora se acerca otro episodio dramático y aterrador la “hambruna bíblica”, que según pronostica la Organización de las Naciones Unidas (ONU) podría matar a mas de cien millones de personas.
La Biblia, formidable recopilación de las palabras proféticas de Jesucristo convertido en el texto más leído y difundido en la historia de la humanidad, pronosticó las consecuencias de la hambruna.
La historia bíblica empieza con la abundancia de la tierra (Gen 1), un paraíso, regalo de Dios y objeto del cuidado/trabajo de los hombres (Gen 2). Pero el hambre aparece muy pronto, con la historia concreta de los hombres. No dice por qué ha venido el hambre, pero trazando el camino de la primera persona histórica, ella recuerda: “Hubo entonces hambre en la tierra (de Israel); y descendió Abrahán a Egipto para vivir allí, porque era mucha el hambre en la tierra” (Gen 12,10).
La ONU que tiene su sede principal en la ciudad de Nueva York, donde la actual pandemia ha matado a más de 15 mil personas, plantea que la humanidad podría padecer otra hambruna bíblica.
Así el director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, David Beasley, recomendó a los gobiernos adoptar medidas urgentes ante la inminente hambruna que afectará a la humanidad.
El organismo mundial estima que 265 millones de personas en más de treinta países subdesarrollados se afectarían por la hambruna generalizada.
Estrategia Alimentaria
La mayor preocupación de la ONU es que la actual pandemia desate una catástrofe alimentaria de enormes proporciones, que duplicará la cantidad de personas con hambre extrema.
En el 2019, 135 millones de ciudadanos y ciudadanas del planeta padecían hambre extrema, según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Y cita a la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Guatemala, Haití, Venezuela, Zambia, Paquistán y Zimbabwe entre los más afectados.
Sólo Venezuela tenía 9,3 millones de gentes en hambruna extrema y ocupaba el cuarto lugar entre los países en crisis alimentaria.
Del total de personas que padecen hambruna en el mundo, 73 millones viven en África; 43 millones en Oriente Medio y Asia y 18,5 millones residen en América Latina y El Caribe.
El sistema sanitario mundial está en cuidados intensivos y podría colapsar por completo en muchos países donde ni siquiera la gente encuentra un trozo de pan para saciar el hambre.
La propia ONU está sugiriendo a los gobiernos a no descuidar la cadena de producción de alimentos porque de estallar una escasez global morirían más gentes que las que ha matado el Covid—19.
En Estados Unidos hoy los inmigrantes incorporados a labores agrícolas tienen una gran demanda y muchos de ellos están en los campos de cultivos de maíz, vegetales y frutas.
El diario Los Ángeles Times dijo que recientemente las autoridades estadounidenses abrieron la frontera a migrantes agrícolas mexicanos con visas para acelerar la producción de alimentos.
PARALISIS COMERCIAL
California, Texas, Washington, Florida y Carolina del Norte son los estados donde se concentran los trabajadores agrícolas. El 75% proviene de México.
La parálisis comercial por la pandemia es uno de los factores de riesgo de una eventual hambruna global.
El presidente Donald Trump aboga por reabrir los mercados estadounidenses en un claro desafío a las autoridades sanitarias y comunidad científica que entienden que aún hay que esperar la evolución del mortal virus.
Estados Unidos y especialmente en el estado de Nueva York se mantiene el epicentro de la enfermedad.
En cambio, en Europa y particularmente en Alemania se espera una reapertura progresiva de los colegios y tiendas a partir del 4 de mayo, según informó su canciller Ángela Merkel.
Articulo de Manuel Díaz Aponte