La situación que padece el mundo a causa de la pandemia del coronavirus es aprovechada por algunos conversos al cristianismo para sacarle provecho a sus prédicas bíblicas.
Los escuchamos decir por los diferentes medios de comunicación, en especial vídeos difundidos en las redes sociales, que el virus fue mandado por Dios para que los humanos se arrepientan de sus pecados y lo acepten como el Rey único del universo. Llevo siete décadas escuchando esos argumentos.
Muchos ingenuos les creerán y, como es natural, se afiliarán a una iglesia para que los inscriban en la lista de los que serán escogidos y se salvarán cuando Jesucristo regrese a la tierra a juzgar a los pecadores.
Hace poco recibí un vídeo donde aparece un señor haciendo un relato sobre una supuesta conversación que sostuvo con Dios a través de un sueño. Con absoluto dramatismo y haciendo esfuerzos por llorar (cosa que no logró hacer, las lágrimas no salieron) el sujeto decía que era un portador del virus y que temía morir. Es lógico que fuera así.
Narró que durante el sueño de repente se vio en una nube y que una voz, que él asegura era la de Dios, le preguntaba por qué estaba tan afligido.
-Es que estoy enfermo y no quiero morir-le respondió el sujeto a la extraña voz.
-Tú no morirás. Vuelve a la tierra-dijo la voz.
-Pero, Señor, ya mi cuerpo no aguanta más.
-Vuelve a la tierra, predica mi palabra y aquel que toque el vídeo donde comentarás tu testimonio de esta conversación, no se infectará con esa enfermedad y si está infectado, se sanará-le habría dicho Dios.
Estoy seguro que muchos ilusos tocaron el vídeo y no sanaron. Se quedaron esperando el milagro divino.
Semanas después, una niña peruana aparece en las redes sociales diciendo que Dios le pidió que advierta a todos para que nadie saliera de sus casas 21 de abril de 2020 porque podrían morir. Millones de individuos salieron y están vivos.
Un peregrino que se hace llamar Mildomio Adames fue seguido en Puerto Plata por una multitud, luego que este anunciara que Dios le había comentado que cuando él introduzca parte de la cruz que cargaba en las aguas del océano Atlántico, el avance del COVID-19 en República Dominicana comenzará a disminuir.
En un derroche de ignorancia y desobedeciendo las recomendaciones de mantener el confinamiento social, este grupo de cerebros famélicos se aferró a la cruz, con una bandera dominicana en su parte superior, para clamar por la desaparición de la pandemia que al momento de escribir este artículo ya ha causado más de 203,600 muertes en el mundo e infectado 2,9 millones.
En declaraciones a los periodistas, el caminante explicó las razones que lo motivaron a realizar el prolongado trayecto cargando una cruz.
“Así le pedí a Dios, que como mismo me habló, que iba a pasar en el 2020, que me dijera qué le podía decir a la humanidad y al país dominicanos ahora. Así, teniendo las señales y la cercanía hacia Dios que me dijo que tomara un madero bien pesado y que lo depositara sobre las aguas del mar de Puerto Plata, para que así nuestro país fuera liberado de la enfermedad y muchos países del mundo”, proclamó Adames.
La Biblia predice que aparecerán estos farsantes hablando a nombre de Dios cuando existan situaciones calamitosas. El Nuevo Testamento trata el mismo tema y Jesús predijo la futura aparición de falsos Mesías, afirmando que los mismos harían grandes señales y milagros, y engañaría a muchas personas.
En este libro sagrado aparecen 13 versículos sobre los falsos profetas: Jeremías 23:9-40, 23:30, 27:9 y 27:14, Miqueas 3:5-7, Zacarías 13:3, Lamentaciones 2:14, Ezequiel 13:2, 13:3 y 13:17, Deuteronomio 13:1-3, 13:5 y 18:20.
De lo que sí estoy seguro es de que, si continúan estas aglomeraciones sin distanciamiento, habrá una espiral enorme de fallecidos y contagiados por la peste que vamos a lamentar.
Por idiosincrasia, el dominicano es indisciplinado, rebelde y testarudo, lo que constituye un problema social que preocupa.