El embajador dominicano en los Estados Unidos, José Tomás Pérez, un prominente miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, tuvo hace unos días el valor de proponer públicamente lo que muchos de su clan sugieren por lo bajo y que es cuestión de tiempo para que también lo hagan.
El ex senador del Distrito Nacional es de la opinión de que la dirigencia del PLD debería de llegar a un acuerdo con el ex presidente Leonel Fernández y el partido Fuerza del Pueblo a los fines de establecer el compromiso de que "el partido que saque menos votos apoya al que saque más".
Analizada dicha propuesta-opinión de manera superficial daría la impresión de que los peledeístas procurarán una especie de reunificación ex-oficio por vía de un entendimiento que, eventualmente, pudiera viabilizar el triunfo en segunda vuelta al partido oficialista.
En ese sentido no se vería mal dicha idea, en el entendido de que el PLD está haciendo lo que cualquier partido con tal de conservar el poder, sobre todo en circunstancias tan escabrosas como las que se le pinta de cara a los venideros.
Sin embargo, a primera vista subyace una realidad oculta que ni el amigo José Tomás ni ningún dirigente del PLD será capaz de admitir, y es la debilidad que abruma a su candidato.
Para el PLD, negociar con Leonel en cualquier escenario, pero sobre todo en segunda vuelta, significaría la única posibilidad de que su candidato pudiera salir al balotaje con un mínimo de posibilidad.
La inviabilidad del señor Gonzalo Castillo como candidato le viene dada por una serie de cuestiones que unidas todas resultan un imposible de cara a cualquiera de las etapas electorales.
Ahora bien, la propuesta del embajador Pérez encierra una debilidad y, por consiguiente, se cae antes de caminar, pues él quiere plantar en el electorado la idea de que de antemano está descartando a Leonel, cuando en realidad lo que hace es reconocer el peso electoral del ex presidente, el cual, bajo ningún concepto, se puede medir a partir del resultado de los pasados comicios municipales, como quieren algunos hacer creer.
Empero, lo que está de por medio va más allá de saber qué motiva a José Tomás a lanzar la propuesta. Lo que se aflora de inmediato se remonta a las primarias del PLD en octubre pasado, cuando de ellas surgió un candidato ilegítimo que no ha podido levantar vuelo a pesar de la inmensa inversión en propaganda y la utilización burda de todos los mecanismos estatales para tratar de posicionarse, sin lograrlo.
Y es que, conforme sentencia el refrán popular, lo que mal comienza, mal termina.