Las fluctuaciones hacia arriba de la tasa de cambio del peso Dominicano en relación al dólar de Estados Unidos son básicamente por razones estructurales, estratégicamente diseñadas en base a las instrucciones y conveniencias de los poderes económicos internacionales, públicos y privados, y ejecutados al pie de la letra por los que formulan y aplican las políticas económicas locales.
De esa manera, los incrementos coyunturales o estacionales de esa tasa responden a descomposiciones o escapes de variables que integran los balances operativos.
En ese sentido, al país en general, a mediano y largo plazo,lo que le conviene es una apreciación permanente, contínua, no una depreciación del peso dominicano, a pesar de los efectos de corto plazo en algunos sectores generadores de divisas.
Para que eso ocurra, debe procurarse un balance positivo en la cuenta corriente de la balanza de pagos, esto es que las exportaciones sean superiores a las importaciones…y para esto hay que gestionar una revolución productiva, con un sustancial aumento y diversificación de la producción nacional, la productividad empresarial y mano de obra, tecnología, competitividad, y/o con una disminución o sustitución selectiva de importaciones.
Otros aspectos a revisar son los demás ingresos y egresos de divisas, estableciendo estrictos controles y reglamentos, con seguimiento al cumplimiento y fuertes penalizaciones por violaciones a las normas establecidas.
Los principales ingresos de divisas son las exportaciones, turismo, remesas familiares, endeudamiento externo, inversiones extranjeras, zonas francas, activos en el exterior, sucesiones y donaciones, entre otras.
Los egresos o salidas de divisas básicos son importaciones, amortizaciones e intereses de la deuda externa, retorno de beneficios y capitales de la inversión extranjera, gastos del servicio diplomático, pagos de membresías y otros compromisos, intereses por otros pasivos internacionales, turismo y ahorros de dominicanos en el exterior, y demás.
Las reservas internacionales experimentan una gran distorsión, pues más que por balances positivos en la cuenta corriente, provienen de los préstamos externos e internos en dólares u otras monedas,y demás ingresos, y de la posición larga provisional de los bancos comerciales y de servicios múltiples, y partes de sus pérdidas son para utilizarlas en el "equilibrio" cambiario.
Si actuamos en función del interés nacional por encima del extranjero y usamos los ajustes debidos, el peso Dominicano sería no sólo no devaluado con frecuencia, sino cada vez más fortalecido, cada vez más apreciado, para lo cual requerimos visión estratégica de la economía Dominicana y una política económica con imaginación, innovadora, creativa en favor del interés nacional, generadora de auténticas y positivas reservas internacionales…y que la tasa de cambio no sea parte importante de la inflación y con ella incremento de la canasta familiar y deterioro de las condiciones de vida de nuestras gentes.