En uno de sus tres discursos para abordar las diversas vertientes sobre la pandemia de coronavirus (COVID-19), el presidente Danilo Medina mostró a los ciudadanos dominicanos una satisfacción excesiva por los niveles de eficacia de su Gobierno en el manejo de la crisis sanitaria en comparación con otras naciones.
A partir de esa alta complacencia nadie puede esperar que el jefe del Estado vaya a variar la línea de acción, tomando en cuenta que la lógica más elemental aconseja no cambiar lo que se está haciendo bien.
Para justificar su reivindicación de las buenas prácticas de las autoridades en la lucha contra la pandemia, el jefe del Estado matizó que, conforme datos registrados en Google, la República Dominicana se encontraba en los primeros lugares en la aplicación de estrategias correctas anti-COVCID-9.
Sin embargo, no es enteramente cierto lo que argumenta el mandatario, si nos referimos a las informaciones que se registran tanto en Google—la fuente presidencial—como con otras que también recogen y que están a la mano de todos los ciudadanos.
En ese sentido solo quiero hacer referencia a algunos casos de nuestra América Latina para establecer algunas comparaciones.
En primera instancia me referiré a un caso extremo que guardia muy poca relación con la República Dominicana en términos de extensión territorial y demografía, y luego dos más que pudiera tener alguna similitud ligera con nuestra realidad.
Por ejemplo, Argentina tiene cuatro veces la población dominicana, y a la fecha ha registrado 246 fallecidos y menos de 6,000 contagiados.
Honduras ha reportado 82 muertos. A la realidad socio económica de ese país es a la que quiero hacer referencia, pues toca la casualidad de que Honduras es mucho más pobre que nosotros, alcanzando el 48% de pobreza, conforme datos del Banco Mundial y CEPAL.
El PIB nominal hondureño es de 24,500 millones, mientras el PIB por PPA es de 51,800 millones de dólares.
En cambio, y conforme las mismas fuentes, el PIB nominal de la República Dominicana alcanza los 89.000 millones de dólares, y por PPA ronda la astronómica suma de 205.000 millones de dólares, es decir, exactamente cuatro veces la riqueza colectiva de Honduras medida en un año.
Pero quiero finalizar con un caso más extremo aun. Venezuela registra 10 fallecidos, un país sometido a un bloqueo criminal por parte de Estados Unidos y sus acólitos—incluido el Gobierno dominicano—que no le permite acceder a medicamentos e insumos para un combate más efectivo de la pandemia.
Luego de ilustrar con estos datos someros señalados al desgaire ¿se puede alegar sobre la efectividad de nuestras autoridades en el manejo del COVID-19, viendo los números que nos dicen otra realidad?
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