SANTO DOMINGO. – El Coronavirus (COVID-19) ha desnudado el estado de desigualdad en que viven las mujeres en República Dominicana, la carencia de políticas públicas que garanticen su estabilidad económica, la falta de acceso al sistema de salud y, sobre todo, métodos efectivos para prevenir la violencia. Así lo concluyeron varias expertas durante un encuentro virtual organizado por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).
Uno de los sectores más afectados ha sido la enfermería, advirtió Francisca Peguero, presidenta de la Asociación Nacional de Enfermería (Asonaen), quien destacó que el 87% del personal de enfermería son mujeres y un 30% de ellas han sido enviadas a sus casas por condiciones de salud que las ponen en riesgo o porque sobrepasan los 60 años de edad.
Durante la actividad virtual “La vida de las mujeres en época del COVID-19”, Peguero lamentó que las enfermeras están atendiendo a los pacientes sin la debida protección para prevenir el contagio del virus. “No han llegado los equipos de protección y lo que nos suplen son mascarillas y trajes de cirugías. Los pocos equipos que llegan los directores lo guardan para especialistas”, denunció.
“En el sector privado la situación es peor, las enfermeras han sido retiradas de su trabajo sin nada. En el caso de los hospitales adscritos a los organismos militares o de la Policía los salarios son bajos y las enfermeras son víctimas de represión”, relató Peguero, evidentemente afectada.
Altagracia Valdez, especialista internacional en violencia de género, ponderó que el COVID -19 no llegó endosado con un cambio en la cultura y las relaciones entre mujeres y hombres. Lamentó que en la Comisión de Alto Nivel el Ministerio de la Mujer no fuera tomado en cuenta como tal “con todo el peso que tiene el ministerio como representante de la voz de las mujeres en este momento”.
Valdez reconoció que el COVID-19 evidenció que los paradigmas económicos, políticos y socioculturales deben cambiar, y la claridad de que la inversión en la salud de manera integral necesita un cambio profundo.
“Si las crisis traen cambios, este es el momento para que las mujeres tomemos conciencia de la subordinación en que hemos vivido y como le hemos caído atrás a políticos y a seres humanos que no nos toman en consideración, ni siquiera en estos momentos de precariedad”, enfatizó la especialista.
En el webinar que se transmitió por el canal de Youtube de INTEC, bajo la moderación de Fátima Lorenzo, coordinadora del Centro de Estudios de Género del INTEC (CEG-INTEC), participaron además Janet Camilo, ministra de la Mujer; Millizen Uribe, periodista y activista por los derechos de las mujeres y Dinys Luciano, investigadora y consultora internacional en violencia contra las mujeres y las niñas. Es parte de una serie que despliega el INTEC, para analizar los impactos del COVID-19 desde diversos órdenes.
Redefinir agenda del cuidado
La ministra de la Mujer, Janet Camilo, consideró que en República Dominicana las mujeres están en los quintiles uno y dos de pobreza, y los sectores que más han sufrido producto de la pandemia es precisamente donde las mujeres tienen mayor presencia, como la cadena de servicios, el mercado informal, hotelería, y salones de belleza.
“Este tema social pone de manifiesto que el trabajo doméstico sigue siendo invisibilizado por las economías mundiales, y hoy se pone otra vez la importancia en el escenario social de cada Estado tome iniciativas directas para cuantificar cuánto las mujeres aportamos al producto interno bruto, a través de la agenda del ciudado”, sostuvo Camilo.
En el ámbito de la violencia, dijo que “en República Dominicana no puedo decir que la violencia ni ha disminuido ni ha aumentado”. Resaltó que la línea Mujer (*212), desde el 17 de marzo al 13 de mayo ha recibido 1,295 llamadas, el registro de cinco feminicidios y en las casas de acogidas han recibido 327 mujeres, niñas y adolescentes, cifras que representan una disminución al compararlas con igual periodo del año.
Sin embargo, la funcionaria resaltó que esa disminución se debe a que las mujeres están imposibilitadas en llamar, no logran acceder a los servicios que se les ofrece el ministerio porque están confinadas y no tienen la seguridad para hacerlo, y por otras variables.
Mientras, Dinys Luciano, investigadora y consultora internacional, dijo que la articulación de esta crisis sanitaria, económica y social ha generado características particulares para las violencias que experimentas las mujeres.
“Primero, como en la mayoría de las crisis sanitarias y las humanitarias se produce un aumento de las violencias en los ámbitos públicos y privados en que las mujeres desempeñan sus vidas; segundo, aparecen nuevas formas, expresiones y contextos en que estas violencias ocurren, y tercero, los riesgos, vulnerabilidades e impactos son diferenciados”, dijo Luciano.
Las periodistas ante la pandemia
En tanto que la periodista y activista Milizen Uribe dijo que en los medios de comunicación persiste la ausencia de enfoques con perspectivas de género en relación al impacto del COVID-19 en las mujeres, primero en las informaciones oficiales y luego en las noticias.
Para Uribe algunos desafíos están en visibilizar en los medios el impacto del COVID-19 en la vida de las mujeres como el acceso a la salud, el desempleo, la violencia y la participación política. Además, ampliar en la cobertura hacia las potencialidades y diversidad de roles e incidir en políticas públicas e iniciativas del sector privado.
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