GINEBRA, 20 May 2020 (Corresponsal de IPS) – La vida y los medios de vida de cientos de millones de habitantes de África están en juego por la covid-19 y el impacto económico de la respuesta a la pandemia, alertaron este miércoles 20 los responsables de derechos humanos de las Naciones Unidas y de la Unión Africana.
África "es el hogar de muchos de los países más pobres del mundo, que no están en condiciones de manejar una pandemia de este tipo", dijeron Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y Solomon Desso, presidente de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.
Recordaron que hasta el 19 de mayo, la enfermedad había alcanzado a los 54 Estados africanos, infectando a 88 172 personas, 16 433 de ellos en Sudáfrica, el país más afectado. La cifra de muertos en el continente llegó a 2834, y la Comisión Económica para África teme que los fallecimientos pueden llegar a 300 000.
Los responsables pidieron "medidas urgentes para ayudar a mitigar el impacto de la pandemia", tanto en la región como en la comunidad internacional, pues "no podemos permitirnos quedar de brazos cruzados y esperar que esta enfermedad tan viral y mortal pase por alto a África".
La pobreza, la falta de protección social, el acceso limitado al agua, la infraestructura de saneamiento deficiente, una carga de enfermedades preexistente, situaciones de conflicto, y sistemas de salud sobrecargados y mal equipados, crean un mayor riesgo de propagación de la pandemia, advirtieron Bachelet y Desso.
También hicieron un llamado a los acreedores de los países africanos para congelar, reestructurar o aliviar la deuda de la región. Las acreencias de África subsahariana alcanzan a 583 000 millones de dólares, según el Banco Mundial.
La carga de esa deuda, más la fragilidad de muchas de las economías del continente, "amenazan con drenar aún más las reservas, paralizar la creación de empleo y aniquilar las ganancias logradas en el desarrollo social y en el esfuerzo por industrializarse", comentaron Bachelet y Desso.
Esa situación "podría arrojar a millones de personas más a la miseria y la pobreza, con consecuencias catastróficas para los derechos humanos de los más vulnerables, incluidos los pobres, las mujeres y los niños", señalaron.
Estudios de Oxfam, la coalición contra la pobreza con base en Gran Bretaña, indican que África subsahariana podría incrementar su número de pobres de 850 a 900 millones de personas, y quienes viven en pobreza extrema, unos 419 millones actualmente, podrían llegar a ser 531 millones tras el paso de la pandemia.
La recesión en la región "es muy importante por primera vez en más de 25 años, cuando se debe invertir más en salud, agua y saneamiento, protección social e infraestructuras sostenibles para que nadie sea dejado atrás", dijeron los responsables de derechos humanos.
En muchos países, "el costo del agua y los productos básicos se ha disparado, y muchas personas enfrentan hambre debido a la interrupción del acceso a alimentos y combustible para cocinar", por lo que también se requieren acciones de los gobiernos africanos junto a la solidaridad internacional.
Advirtieron que aunque las medidas para restringir el movimiento y aumentar el distanciamiento social son esenciales en la lucha contra el virus, han tenido un impacto dramático en las poblaciones, especialmente aquellas que dependen del trabajo diario informal para su supervivencia.
Desso y Bachelet también subrayaron la importancia de preservar la libertad de asociación, de opinión y expresión y el acceso a la información, y en particular pidieron a los gobiernos y las empresas del continente que consideren hacer que las tarifas de internet sean más asequibles, para llegar a un público más amplio.