Todos somos proclives a sus garras asesinas tan peligrosas que hasta los terroristas de Isis y Al Qaeda lucen “confinados” aunque maquinando perversidades.
Nunca antes el cerebro humano había procesado tantas informaciones relativas a la peligrosidad y capacidad destructiva de los patógenos que circundan nuestras vidas.
Diariamente convivimos con esas partículas esparcidas en nuestros propios hogares, áreas públicas y de convivencia y recreación.
La mayoría de las veces pasan desapercibidos y sólo llegamos a reflexionar de su peligrosidad cuando impactan nuestro organismo.
Este adjetivo equivale a decir que causa o genera enfermedad entre la especie humana o también se conoce como virus patógeno; acción patógena, germen patógeno o agente patógeno.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua dice del patógeno “que origina y desarrolla una enfermedad”.
Es decir, los patógenos son agentes infecciosos que pueden producir enfermedades en el organismo.
La comunicación es esencial para conocer y orientar a la población sobre los virus, sus consecuencias y medidas que debemos adoptar ante su adhesión entorno al tejido social.
¿Qué sucede?; ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿Cuándo? y ¿Por qué? son preguntas habitualmente utilizadas en los ámbitos comunicacionales pero por supuesto, también las utilizan los profesionales de la ciencia de la salud.
Primera Vacuna
Y hoy, los científicos concentrados en la búsqueda de la vacuna para enfrentar el Covid-19 se formulan esas interrogantes desde sus aislados cubículos.
Actualmente, más de cinco mil periodistas alrededor del mundo estamos participando de un Curso en Línea que lleva por título: “Periodismo en la pandemia: Cobertura de COVID-19 ahora y en el futuro (del 4 al 31 de mayo de 2020), organizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS); UNESCO, Fundación Knight y la Universidad de Texas.
Es conducido desde Atlanta por la periodista Maryn Mckenna, investigadora del área científica y traducido a varios idiomas simultáneamente.
Una cuestión medular alrededor del adiestramiento es que quienes hacemos opinión pública desde los medios y plataformas de comunicación, podamos tener mejor dominio al momento de externar un juicio o exposición sobre esta pandemia.
Se busca además, que ante futuros eventos y escenarios que impacten la vida en la sociedad, se disponga de herramientas confiables y de una mejor calidad informativa para así contrarrestar la desinformación, el pánico y manipulación.
Creo que se trata de una iniciativa valiosa en un momento en que el mundo ha sido tambaleado por un virus tan mortífero y con la fuerza suficiente para paralizar las actividades económicas, laborales, sociales, culturales, deportivas y de esparcimientos globales.
Todos los países industrializados y hasta algunos con menor avance están en una batalla sin tregua para crear la primera vacuna contra el Coronavirus.
En Estados Unidos se ha avanzado en ese sentido y se realizan pruebas para determinar su efectividad.
Seis letras conforman la palabra Vacuna y probablemente la más difundida en todos los ámbitos de la civilización actualmente, incluido primariamente los mayores laboratorios de la industria farmacéutica mundial.
En el clímax de la era del conocimiento y de la expansión del mundo civilizado y moderno, hoy la comunidad científica mundial se apresura a crear la fórmula para contrarrestar el virus que ha mutilado la cotidianidad humana.
Potencias Farmacológicas
La República Popular de China y La India son los dos principales fabricantes de productos medicinales en el mundo.
“El 85% de medicamentos básicos para salvar la vida de pacientes en Unidad de Cuidados Intensivos son hechos ahora en China”, dice el doctor Michael T. Oisterholm, especialista en epidemiologia y uno de los conferencistas del curso sobre periodismo en pandemia.
El experto estadounidense apunta que las mayores cadenas mundiales de suministros de alimentos y medicamentos están en China.
Sobre el combate a la actual crisis sanitaria, el científico de la Universidad de Minnesota, observa que los gobiernos tienen que incorporar masivamente a los epidemiólogos para evitar más muertes y contagios.
También para que haya suficientes datas que permitan el diseño y estructuración de los programas de salud pública en todos los continentes.
El doctor Oisterholm aboga por el concepto “una sola salud” a partir de la cual entiende que habrá en el planeta una “salud universal”.
Por ello, sostiene que un patógeno endémico como el actual es imposible superarlo unilateralmente.
Pero reconoce que para alcanzar esa meta primero hay que superar obstáculos de carácter político y cultural.
La Desinformación
Existe consenso de que el pánico que se puede apoderar entre la población debe ser enfrentado con noticias veraces, con planteamientos científicos y dejando de lado las difusiones falsas.
¿Por qué es vital la Comunicación? En la medida en que el virus se expande local y mundialmente la ciudadanía requiere de orientaciones precisas, que permitan adoptar las medidas de higiene, cuidado personal, distanciamiento y consejos adecuados.
Para los periodistas es un gran reto poder cubrir con profesionalidad y ética una enfermedad que mantiene en vilo a la humanidad. Aún después de que se consiga fabricar la vacuna para acabar la Covid-19, tendremos que seguir de cerca el comportamiento de los patógenos virales e interesarnos por sus características, trayectorias y peligrosidades.
Esta experiencia inédita en la historia moderna también será una valiosa oportunidad para que el periodismo científico sea incorporado en los programas de todas las Facultades de Comunicación en el mundo.
Si partimos del rol esencial de la comunicación en la sociedad vigente no cabe duda de que habrá que profesionalizar a los que ejercemos el periodismo, una profesión de notable trascendencia e influencia.
Incluso el análisis sobre las consecuencias del aislamiento masivo nos abre otro espacio para estudios y reflexiones acerca del comportamiento humano a partir de este cuadro social.
Artículo de Manuel Díaz Aponte