Cuando un jurado absolvió a cuatro policías blancos acusados de haberle propinado una brutal golpiza al afroamericano Rodney King, por darse a la fuga tras violar una ley de tránsito, las llamas de la violencia se esparcieron en Los Ángeles, California, en los meses de abril y mayo del 1992.
El veredicto de la Corte favoreciendo a los agentes involucrados llenó de indignación a la población californiana, provocando una masiva protesta callejera que arrojó 63 muertos, más de 2,300 heridos, cerca de 12 mil arrestos y más de mil millones de dólares en pérdidas por la destrucción y saqueo de propiedades.
Rodney King violó una ley de tráfico vehicular en una zona residencial. Una patrulla del Departamento de Policía de los Ángeles (LAPD) le ordenó detenerse, pero huyó. Fue perseguido hasta su detención, y al ser arrestado hizo resistencia.
King cometió tres delitos al mismo tiempo y desafiante a la autoridad.
Los agentes intentaron ejercer su trabajo como mandan los procedimientos y códigos policiales establecidos ante un fugitivo que por su comportamiento había que actuar con la mayor precaución y agilidad posible.
Al ser aprehendido, King se mostró violento, los agentes del orden le aplicaron fuerza excesiva para someterlo, pero se excedieron propinándole una golpiza descontrolada, violando con ello los derechos constitucionales del detenido.
La acción policial llevada a cabo por los cuatro oficiales fue grabada por un aficionado, quien hizo llegar el video a los medios de comunicación televisivos.
Veintiocho años más tarde, el pasado 25 de mayo, la brutalidad policial se repite en la ciudad de Minneapolis, estado de Minnesota, pero con resultados fatales tras el arresto y muerte del afroamericano George Floyd, de 46 años.
Al igual que Rodney King, el procedimiento de arresto de Floyd fue grabado por un transeúnte, quien lo hizo llegar a los medios de comunicación locales.
El apresamiento de Floyd se produjo por supuestamente él intentar canjear un billete de $20 dólares falso en una tienda local.
A diferencia de King, Floyd no hizo resistencia al arresto cuando fue detenido. Fue esposado y reportado “sospechoso bajo custodia”, como es costumbre.
Se desconocen las causas y el por qué, Floyd fue violentamente lanzado boca abajo contra el pavimento por los oficiales estando esposado.
La muerte del detenido se produjo cuando uno de los oficiales presionó la garganta de Floyd con su rodilla por varios minutos, hasta hacerlo perder el conocimiento.
El oficial que provocó la muerte de Floyd aplicando la inhumana fuerza excesiva desoyó las plegarias del detenido que clamaba por aire para respirar. Tampoco accedió a los ruegos de los espectadores que alertaban de que el hombre se estaba asfixiando.
El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, tratando de evitar reacciones violentas, anunció que el oficial Derek Chauvin, de raza blanca, fue despedido de su cargo junto a sus otros compañeros actuantes, pero dejados en libertad.
Familiares de Floyd iniciaron una demanda contra los cuatro agentes, por violación de los derechos civiles del hoy occiso. El Buró Federal de Investigaciones (FBI) inició una investigación al respecto.
Al igual a como aconteció en Los Ángeles en el 1992, la simple destitución de los oficiales involucrados en la muerte de Floyd llenó de indignación a la comunidad afroamericana de Minneapolis, generando disturbios y violencia callejera, causando destrozos en edificios comerciales, saqueos, quema de autos y tiendas.
Asaltaron el precinto policial al cual pertenecían los agentes del orden y lo incendiaron. Ningún policía resultó lesionado tras abandonar el local aceleradamente.
Las manifestaciones se extendieron a otros estados provocando cientos de arrestos en Los Ángeles, Nueva York, Denver y Memphis.
El presidente Donald Trump ordenó el despliegue de la guardia nacional. Las autoridades de Minneapolis anunciaron el arresto del oficial Derek Chauvin para contener las protestas.
Los reportes y testimonios de fuerza bruta policial a nivel nacional son en su mayoría contra personas de raza negra e hispanos.
Los policías tienen la autoridad de someter a la obediencia a quienes han infringido la ley, y si hay resistencia al arresto, están preparados para aplicar fuerza no letal para neutralizar al sospechoso violento.
El exceso de fuerza siempre se produce cuando el sospechoso de un delito hace resistencia al arresto, complicando su situación al enfrentarse ante un juez, sin importar que sea inocente de los cargos.
Golpear innecesariamente a un civil durante un arresto constituye un abuso de autoridad, una violación a sus derechos civiles que muy bien aprovechan los anarquistas que viven a la espera de una oportunidad para cometer sus vandalismos.
Pareciera que los esfuerzos de figuras emblemáticas como Martin Luther King y Malcon X, para lograr las enmiendas a la Constitución de los EEUU y que favorecen los derechos de los afroamericanos, no fueron tomados en cuenta.
Para lograr esos derechos civiles fue necesario agregar tres enmiendas a la Constitución americana”: La 13ª aboliendo la esclavitud, la 14ª garantizando a los afroamericanos derechos al debido proceso y protección igualitaria, y la 15ª su derecho al voto.
Sin embargo, la aplicación de estas leyes se tomó casi un siglo para su ejecución.
A pesar de esos logros, el racismo se mantiene en los EEUU, imponiendo la desigualdad social entre blancos y negros.