Hemos evolucionado, como sociedad, hacia nuevos patrones de conductas influenciados por las modernas tecnologías de punta que han dado paso a un avance extraordinario en el comportamiento de la humanidad: la inteligencia artificial.
La pregunta ya no es si nuestro entorno cambiará con el uso de la inteligencia artificial, si seremos menos racionales en el espectro intelectual, o si transformará nuestros hábitos, sino qué tan radical será este cambio y cuáles serán las consecuencias futuras. Lo cierto es que nos ha cambiado el estilo de vida, al punto de que ya no nos ejercitamos como antes, pues todo es automatizado.
La inteligencia artificial este permeando todas los quehaceres del hombre; no solo lo apreciamos físicamente, sino también a nivel virtual, desde aplicaciones y componentes en los teléfonos inteligentes, los televisores y otros dispositivos informáticos que nos han seducido como zombis con dispositivos asombrosos que hacen todo por uno como Alexa de Amazon, Siri de Apple, Google Assitant o los robots.
En naciones desarrolladas, están diseñando robots exclusivamente para realizar las tareas del hogar como limpiar o cocinar y robots acompañantes para las personas de la tercera edad, que no solo les brindarán asistencia para alimentarse, vestirse o para la higiene personal. Además, tendrán la función de brindar compañía a estas personas, dado que el problema que más aqueja a la población de la tercera edad es la soledad.
En el terreno de la educación, la inteligencia artificial ya permite adelantos en el aprendizaje de cualquier tipo de temas registrados en la biblioteca virtual, una herramienta con un inmenso almacenamiento de información y auto aprendizaje a través de la Internet.
La Inteligencia Artificial permitirá la creación de consejeros vocacionales para los estudiantes, mucho más eficientes que sus pares humanos, debido a la capacidad para manejar grandes volúmenes de datos, y la aprendizaje autónomo podrán identificar con facilidad cualquier emoción humana. Así podrán dar respuesta y orientación, de forma inmediata, lo cuál crea un puente hacia el campo de la orientación psicológica. Un ejemplo es Emibot, el cuál esta desarrollado para detectar las emociones humanas a través de las expresiones faciales y corporales.
De hecho, este fenómeno ya está dando frutos excelentes al cambiar la antigua metodología en el proceso de la enseñanza, aprendizaje del estudiante, permitiendo la creación de espacios de prueba conocidos como laboratorios virtuales donde el alumno ensaya con diferentes variables sobre distintos aspectos, en ambientes controlados.
Esa metodología ya fue implementada, de manera circunstancial y forzosa, en la República Dominicana por algunos colegios privados y universidades para salvar el año escolar en medio de la pandemia del Covid-19.
Ese estilo virtual de enseñar fue una iniciativa compulsiva que las autoridades educativas nuestras no tenían previstas en la agenda de las escuelas públicas, colegios y universidades.
En realidad, no estábamos preparados para el uso de este recurso tecnológico, pero gracias a la inteligencia artificial surgieron aplicaciones salvadoras que hicieron posible mantener el contacto entre profesores y alumnos, al extremo de continuar con las tareas y evaluaciones por la vía virtual. Fue un logro.
Obvio, la mayoría de esos centros escolares no tenían esos medios para dar seguimiento a la jornada. Por eso, muchos estudiantes no pudieron aprovechar esa metodología; además, y es lo más dramático, no disponen de computadoras en sus hogares y algunos padres o tutores no están preparados para ayudarlos en las tareas.
Pero también las aplicaciones hicieron posible que los periodistas y comunicadores continuaran produciendo programas de televisión y radio. Lo propio hicieron los catedráticos universitarios al dar seguimiento a las tareas mediante conferencias vía online e incluso la Feria Internacional del Libro 2020 se realizó con este plan.
De igual manera, los empresarios y otros sectores desarrollaron reuniones en líneas con buenos resultados. Los candidatos políticos promueven sus propuestas de campaña con esa herramienta.
Hasta los estudiantes sostienen diálogos con los compañeros y amigos vía conferencia virtual, gracias al coronavirus. !Qué ironía!
Las ocho mejores aplicaciones gratis para reuniones línea son las siguientes: Google Hangouts. Esta es la que más utilizamos; GoToMeeting. La mayoría de las empresas prefieren organizar encuentros con la aplicación GoToMeeting porque permite compartir pantalla y personalizar URLs; WebEx, join.me, Zoom, ezTalks Meetings, Video Window y Slack.
Lo que no está claro es si después de pasar la pandemia usaremos estas aplicaciones para reuniones y conferencias futuras o en los centros educativos para labores docentes.
Se trata de una sociedad artificial muy valorada cuyos resultados son excelentes. Pienso que no se deben descartar esas tecnologías. Hay que adaptarlas, por siempre, a nuestro calendario de vida en razón de que nos asegura ahorrar tiempo y dinero, posibilita el contacto visual y elimina el distanciamiento físico.