Luego de los violentos enfrentamientos entre la Policía y quienes protestan por la muerte del afroamericano George Floyd, el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció la reapertura del comercio para dinamizar la alicaída economía Estatal.
Ante el riesgo de una posible regresión del aumento de contagios por la apertura económica, y el miedo a la posibilidad de nuevos estallidos de violencia entre los manifestantes que reclaman el cese del racismo policial en todos los EEUU, se espera que más de 300 mil empleados no esenciales regresen a su trabajo.
Azotada por una enfermedad letal y contagiosa como el Covid-19 y una violencia callejera que recién destrozó cientos de negocios durante cinco días, la ciudad de Nueva York intentará levantarse de la crisis en la que se encuentra estancada.
El anuncio de reapertura de negocios mayoristas y minoristas es en cumplimiento de la segunda de las cuatro fases requeridas por las autoridades.
Las protestas iniciadas en Minneapolis, estado de Minnesota, por la muerte de Floyd el pasado 25 de mayo, se expandió por otros estados de la Unión Americana a la misma velocidad en que el Coronavirus fue infectando a miles de ciudadanos.
Los desórdenes callejeros aterrorizaron los condados de Manhattan, Queens, Brooklyn, Bronx y Staten Island.
Las autoridades de Nueva York, no pudieron frenar el vandalismo desenfrenado que causó tantos daños estructurales a un comercio ya debilitado por el impacto generado por la pandemia.
En medio de la batalla campal escenificadas entre policías de Nueva York y grupos de manifestantes, el gobernador Andrew Cuomo y el alcalde Bill de Blasio, ambos del Partido Demócrata, mantuvieron un enfrentamiento personal sobre cómo enfrentar la violencia callejera en los momentos en que los revoltosos destruían comercios, cometían actos de vandalismo, saqueos e incendiaban vehículos patrulleros.
Cuando los desórdenes parecían ser incontrolables, Cuomo llegó a amenazar con desplazar a Di Blasio como alcalde de NY, por su supuesta incompetencia en manejar la crisis en una ciudad que tiene 38 mil policías a su disposición, el más alto número para una ciudad en EEUU.
El presidente Donald Trump llegó a proponer al gobernador Cuomo que aceptara su oferta de una «Guardia Nacional dominante», pero éste y el alcalde se opusieron por considerarlo inoportuno.
En medio del desorden y la violencia sin control, Trump dijo que la ciudad de Nueva York se había perdido “en manos de los saqueadores, matones y la izquierda radical”. De ahí su propuesta.
Durante los días viernes 5 y sábado 6 de Junio no hubo violencia callejera en la ciudad de Nueva York, debido a que no hay negocios de lujo para destruir y saquear ya que los pocos que sobrevivieron a la anarquía fueron protegidos por sus dueños instalando grandes planchas de madera prensada para evitar su destrucción en medio de las protestas.
Además, la asistencia de protestantes a las multitudinarias manifestaciones como se notaba en los días posteriores a la muerte de Floyd han disminuido considerablemente en Nueva York y otros Estados, menos en Washington frente a la Casa Blanca.
Al parecer, los arrestos y sometimientos a la justicia con cargo de asesinato de segundo grado presentado por la fiscalía del estado de Minnesota contra los cuatro policías implicados en el sonado asesinato, ha logrado bajar las tensiones entre los protestantes que reclamaban justicia por el crimen.
Con la entrada de la fase II, las iglesias, mezquitas, templos, y otros centros religiosos en el Estado podrán reabrir al 25% de su capacidad respetando los protocolos de distanciamiento social. Los salones de belleza, manicure, pedicure, peluquerías y gimnasios, deberán esperar hasta la próxima fase III para su reapertura.