A pocos días de las elecciones presidenciales y congresuales en la República Dominicana, a celebrarse el cinco de julio próximo, el escenario político que meses atrás se observaba inclinado al triunfo en primera vuelta del candidato del Partido Revolucionario Moderno- PRM- con el transcurrir ha cambiado con el tiempo.
Es como si la cuarentena obligada a la población por la pandemia global del SARS-COV-2, que produce la enfermedad COVID-19, propiciara un replanteamiento de las simpatías del electorado dominicano que hoy, a juzgar por las encuestas serias y creíbles, se plantea reconsiderar su voto mayoritario a Luís Abinader quien, antes del encierro, lucía único e invencible.
El tiempo pasa, en un claro mandato divino de que la vida no se detiene y, concomitantemente, el pueblo dominicano luce determinado a propiciar un cambio de actores en los Poderes Ejecutivo y Congresual.
El aire, que ahora se respira más puro y limpio debido a la paralización de más del 90 por ciento de las actividades humanas durante casi dos meses, sin dudas, ha hecho variar el pensamiento de la gran mayoría de los votantes de acuerdo a las mediciones.
Ganar el certamen electoral en una primera vuelta es imposible e impensable hoy, meses atrás era casi un hecho.
El escenario político- electoral cambió. Hoy, el alto porcentaje que brindaban las encuestas a Luis Abinader en los primeros meses del año ya no se reflejan igual. Su candidatura se inclina a la baja en la medida que pasan los días y se aproximan los comicios.
Abinader era el candidato único y certero de ganar en primera vuelta cuando se encontraba solo en el panorama electoral, acaparando seguidores frente a un Leonel Fernández que libraba una batalla interna en su antiguo Partido de la Liberación Dominicana –PLD-, y luego, en labores de formación y fortalecimiento de la Fuerza del Pueblo, su nuevo hogar.
Para entonces, el expresidente Leonel Fernández no era aún opción de disputarle el triunfo a un Abinader opulento de seguidores.
Estuvo en pausa, ya que tras su salida del PLD, hubo de esperar las debidas acreditaciones del Tribunal Superior Electoral y la Junta Central Electoral, amparados en la Constitución de la República, que certificaran la validez de su candidatura presidencial por la Fuerza del Pueblo.
Un tiempo de planificación política que hoy ya muestra sus frutos, a menos de un mes del proceso electoral.
En un escenario de segunda vuelta, como indican las mediciones frente al candidato del PRM, pese a las maniobras de algunas, el ex mandatario tiene todas las ventajas de obtener una victoria segura, pues disfruta ampliamente de las simpatías de las bases del PLD que le preferirán el 26 de julio.
Leonel se alzará con una victoria segura. Las bases circulistas y reales del PLD más los allegados de los últimos años, no le negarán el apoyo electoral, al saber que los puestos que desempeñan en el tren gubernamental estarían mucho más seguros con él que con Abinader.
¿Por qué? Los seguidores de Abinader, en un 70 por ciento, tienen hambre de poder, de llegar, de ocupar funciones en las distintas dependencias del Estado y las bases peledeístas no estarían dispuestos a cederlos sin luchar por ellos.
Los ayuntamientos y distritos municipales ganados por el PRM y sus aliados, en las recientes elecciones municipales del 15 de marzo, es una clara imagen de lo que podría pasar con los servidores públicos en las instituciones estatales con un triunfo de Luis Abinader.
Los jóvenes y nuevos votantes que hoy utilizan el Metro de Santo Domingo para dirigirse a sus centros de estudios y de labores, a estas alturas, ya deben saber que es una obra de Leonel; los extensiones regionales y reacondicionamiento de la Universidad Autónoma de Santo Domingo –UASD-, es obra de Leonel.
Las estructuras del nuevo Santo Domingo con ampliación de las principales avenidas, construcción de elevados y pasos a desniveles, forman parte del extendido catálogo de realizaciones de sus gobiernos.
De manera que Leonel Fernández transita la senda de otro triunfo electoral con su liderazgo intacto y el crecimiento de las simpatías del pueblo dominicano en todos los rincones que cruza, más que demostradas en las visitas y recorridos que realiza por todo el país.