Imaginémonos lo que sería una ciudad inundada de heces o materia fecal. ¡Horrible!, ¡Inhumano! e ¡Insoportable! para sus habitantes.
Y ello podría ocurrir irremediablemente en San Pedro de Macorís, cuyas consecuencias serían más nefastas que el Covid-19.
En la ciudad de San Pedro de Macorís viven más de doscientas mil personas cuya salud puede ser afectada con mayor serenidad que el letal y temible Coronavirus, que ha matado hasta el momento a 13 ciudadanos.
A saber, todo el sistema pluvial y alcantarillado sanitario está tapado, es decir, colapsado.
Ello gracias a la irresponsabilidad de las autoridades que han gobernado el país en los últimos 40 años.
Ningún gobierno ha querido asumir y solucionar de una vez y por toda esa terrible amenaza a la salud de una comunidad que históricamente ha hecho grandes aportes a la nación en los ámbitos económicos, educativos, culturales, deportivos y sociales.
En 1993, en el gobierno del ex presidente Joaquín Balaguer, se dispuso la construcción de los sistemas de alcantarillado pluvial y sanitario de esta ciudad, por más de 400 millones de pesos.
Pero la obra nunca se concluyó y en ese entonces en los medios de comunicación se habló de “rebatiñas” entre los reformistas Lila Alburquerque, Federico Antún y Josecito Hazim, trilogía poderosa que luchaban desafiantemente por su control financiero, finalmente lo impidieron.
La corrupción en el manejo de los recursos públicos se impuso teniendo que ser “detenida” en la puerta del despacho de Balaguer.
Hoy la ciudad no tiene sistema de desagüe ni pluvial ni sanitario y cuando llueve toda el área urbana se inunda, creando serias dificultades a sus habitantes y daños a centros comerciales.
En principio las inundaciones se limitaban a sectores como La Primavera; Kennedy, Placer Bonito, Pedro Justo Carrión, El Toconal, Restauración, Los Guandules y la Villa Municipal. Ahora, es en toda la comunidad.
Planta Residual
Macorís no tiene planta de tratamiento de aguas negras por lo que el alcantarillado sanitario es un caos, que está literalmente tapado, y el aire que respiran sus moradores contaminados por una fetidez insoportable.
El instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) ante los insistentes reclamos de los munícipes dispuso recientemente el envío de un camión con equipos de tubo y manguera de absorción, sin embargo, el problema sigue igual.
La solución es que el nuevo gobierno que surja de las elecciones presidenciales del 5 de julio asuma la responsabilidad de construir un moderno sistema de alcantarillado pluvial y sanitario.
Pero esta obra no la puede construir el Ayuntamiento Municipal porque carece de los recursos económicos y técnicos. Debe ser el Gobierno Central a través del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.
Si Macorís no tuviera el mar bordeando su costa este terrible drama medioambiental, habría llevado al cementerio a muchas gentes.
La última medición de la población dominicana se hizo en 2010 a cargo de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), con nivel poblacional nacional de 9, 445,281.
El primer censo de carácter moderno hecho en el país fue en 1920, cuando todavía las tropas estadounidenses pisoteaban nuestra soberanía y dignidad nacional.
En ese momento, contábamos con 894,665 personas, 446,384 hombres y 448,281 mujeres, atestiguan datos verificados.
Ya de eso se cumplen 100 años y en lo que resta del 2020 parece difícil que volvamos a censar puesto que las nuevas autoridades de la ONE que asumirán a partir del 16 de agosto, requerirán un presupuesto superior a tres mil millones de pesos.
El deterioro de la salud y economía de la República Dominicana agravada por el coronavirus imposibilitan la materialización del censo nacional.
Según la Ley No. 5096 sobre Estadísticas y Censos Nacionales y las recomendaciones internacionales, estas mediciones deben realizarse cada diez años. Ello permite, recopilar información sobre las características demográficas, sociales y económicas de los habitantes de un área para la aplicación de los programas sociales e iniciativas del Estado.
De acuerdo al Censo Nacional de Población y Viviendas de 2010 la población de la provincia de San Pedro de Macorís era de 290,458 habitantes, con una densidad poblacional de 231.47 habitantes/km².
La Sultana del Este
El primer Plan Municipal de Ordenamiento Territorial (PMOT) efectuado en el país, correspondiendo con lo establecido en la Ley 176-07 del Distrito Nacional y los municipios, posee un diagnóstico sobre este municipio cabecera.
Aborda cuestiones de índoles económicas, ambientales, sociales e institucionales para ponerlas al servicio del Ayuntamiento Municipal.
Las pasadas autoridades del municipio de San Pedro de Macorís nada hicieron para asumir los compromisos distribuidos en cinco planes; nueve programas y trece proyectos que buscaban impactar a 21 factores críticos que demandan ser abordados como cuestión medular para impulsar el desarrollo sostenible de la otrora “tacita de oro”.
El Concejo de Regidores había sancionado positivamente para la ejecución de dicho Plan Municipal que tenía el respaldo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID);el soporte técnico del International City/County Management Association (ICMA) y de la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU).
San Pedro de Macorís tiene una extensión costera de trece kilómetros hacia el Mar Caribe y once kilómetros del Rio Higuamo. Con sus atractivas e históricas edificaciones reúne las condiciones para convertirse en un destino importante.
Otra característica que la identifica es que posee una superficie municipal de 147.01Km2 y área urbanística de 34.8 Km2.
No obstante, hasta que no sea solucionado el gravísimo mal del desbordamiento de aguas negras en las vías públicas seguirá siendo una de las localidades más sucias del país.
Artículo de Manuel Díaz Aponte