SANTO DOMINGO. -Uno de los principales retos de políticas de los bancos centrales será que, al salir de la crisis generada por la pandemia COVID-19, los gobiernos tendrán más deudas y la economía requerirá bajas tasas de interés para lograr su recuperación completa, de acuerdo al representante del Fondo Monetario Internacional (FMI), Frank Fuentes.
El también economista planteó que los bancos centrales tendrán que “hilar muy fino” en el proceso de retorno a la “normalidad”, y destacó que, al mantener tasas de intereses bajas por un largo tiempo, pueden crearse problemas que desestabilicen el sistema financiero.
“Los bancos centrales son entidades clave para mantener la estabilidad cuando volvamos a algo que se parezca a una nueva normalidad, porque sin estabilidad no hay forma de que pueda haber la confianza requerida para que haya una recuperación sostenible”, dijo.
Durante el webinar “Políticas fiscales y monetarias en tiempos de COVID-19: efectos en la economía real” organizado por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), el representante del FMI, resaltó que, sin duda, el mayor reto de los bancos centrales será saber cómo combinar el mayor nivel de deuda pública con la necesidad de la baja tasa de interés, sin hacerle daño al sistema financiero.
En ese sentido, Rolando M. Guzmán, economista y rector del INTEC, ponderó el papel de la banca central y el sector financiero en las economías, porque es la savia a través de la cual se nutren todas las actividades productivas, e indicó que precisamente por eso los problemas financieros acaban convirtiéndose en crisis económicas.
Sobre las implicaciones de las acciones que se han implementado en cuanto a políticas monetarias y fiscales, Guzmán resaltó tres retos: primero, saber los sectores sociales que finalmente aportaran los recursos para pagar por las inversiones que los gobiernos han tenido que hacer durante la gestión de la crisis; segundo, determinar cómo se coordinarán las políticas fiscales y monetarias y, tercero, gestionar los efectos distributivos de la situación posterior a la pandemia.
“El problema es saber cómo se hará el ajuste necesario a las finanzas públicas, y digo necesario porque es evidente que vendrá. ¿Se dará a través de ajustes fiscales que generen superávit primario en los gobiernos, se dará sencillamente a través de un crecimiento que disminuya la importancia de la deuda, o se dará a través de un financiamiento inflacionario?”, cuestionó Guzmán.
El economista señaló que el COVID-19 ha generado una disrupción de la logística de los mercados mundiales y de los procesos a nivel de las economías nacionales y, por lo tanto, ha perjudicado el comportamiento de los mercados de trabajo, que a su juicio son los grandes generadores de ingresos.
“Todas las investigaciones revelan que la dinámica de la pobreza depende en gran medida de lo que pase en el mercado laboral, esta crisis en el contexto de América Latina ha implicado que la tasa de desocupación ha aumentado en 2 puntos, a partir de un nivel que ya era relativamente alto, lo que ha implicado caídas de las horas de trabajo y de los ingresos. Hoy América Latina tiene 30 millones de pobres más que lo que tenía hace cinco meses y tiene 7 millones de indigentes que antes no tenía”, explicó Guzmán.
Efectos de políticas monetarias
El profesor titular e investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Fernando Pellerano, resaltó que algunos efectos de las políticas monetarias son que los bancos centrales se han convertido en corredores “dealers” de los mercados secundarios además de prestamistas en última instancia y les han dado prioridad a las operaciones especulativas para estabilizar los mercados financieros con respecto a la función tradicional de prestar a las empresas de producción.
Pellerano resaltó que los bancos centrales están más cerca de políticas cuasi fiscales con el financiamiento de los bonos públicos, y llamó a la academia a hacer investigación sobre los efectos redistributivos de las medidas adoptadas por el Banco Central. El profesor también cuestionó que muchos economistas adopten sin reservas la idea de que el Banco Central deba ser independiente, a pesar de que sus directivos no son electos por el voto democrático.
De su lado, José Sánchez Fung, profesor de economía de la Universidad de Nottingham, Reino Unido, expuso sobre las proyecciones económicas, monetarias y fiscales para Estados Unidos y China e indicó que la guerra comercial entre ambas naciones se mantiene, a pesar de la pandemia.
El profesor Sanchez Fung también destacó la importancia de que los bancos centrales estén sujetos a las restricciones legales, para evitar que sobrepasen los límites establecidos por el mandato social que han recibido.
El encuentro virtual fue moderado por Rafael Espinal, coordinador de las carreras de Economía e Ingeniería Financiera del INTEC.