Durante toda esta semana los resultados de dos prestigiosas firmas de encuestas han provocado el desbordamiento de análisis de los hacedores de opinión pública, cuyos protagonistas las han desmigajado, cuan producto comestible, de tal modo, que ningún dato que pudiese estar oculto en ellas ha quedado sin desvelar.
Todo ha salido a la luz pública de la Gallup-Hoy y de la Greenberg-Diario Libre, tanto, que hasta las manipulaciones de las que pudieron ser objeto, han encontrado motivos de explicaciones, de tratamientos y hasta de descrédito de las mismas.
Hubo otras mediciones antes, durante y aún hoy de pronósticos electorales para el domingo 5 de julio. Ellas, en su mayoría, al igual que la Gallup-Hoy y la Greenberg-Diario Libre, anuncian el triunfo de Luis Abinader y su Partido Revolucionario Moderno –PRM- tanto en primera como en caso de que haya una segunda vuelta.
Los análisis de opinión pública giran, entre otros aspectos importantes, en la variación de resultados de la encuestadora Gallup-Hoy. Del estudio realizado entre el 27 y el 31 de enero del presente año, y comparado con el presentado esta semana en el que se explica que las muestras fueron tomadas entre el 12 y el 16 de junio en curso, el cambio de comportamiento de los porcentajes llama la atención.
En aquella ocasión, tal encuesta publicó que para las elecciones del 16 de mayo, obviamente movidas al 5 de julio, Abinader llevaba la delantera en cualquiera de los escenarios, y a la vez advertía que no ganaba en primera vuelta. Para entonces se le otorgaba un 42 por ciento de las simpatías del electorado; un 31 por ciento al Partido de la Liberación Dominicana -PLD- y su candidato Gonzalo Castillo, y un 15.5 por ciento alcanzaría Leonel Fernández y la Fuerza del Pueblo.
Antes de que se conocieran esos datos de la prestigiosa firma encuestadora, el ex presidente de la República Leonel Fernández, realizaba esfuerzos prácticamente sobrehumanos en reforzar su nueva casa y echar hacia adelante con el Partido Reformista Social Cristiano –PRSC-, aliado principal, y otras organizaciones políticas minoritarias que en el camino se le han ido añadiendo e impulsando su liderazgo, al igual que a las candidaturas municipales que terciarían el 16 de febrero. Las elecciones de febrero fueron frustradas. Las de Mayo, aplazadas por la pandemia del Coronavirus.
La tarea ha sido ardua. En la medida en que la Fuerza del Pueblo comenzaba a crecer con las alianzas partidarias, también su crecimiento en polarizar dirigentes y simpatizantes en todo el país.
Pese al estado de emergencia reinante en la República Dominicana, la Fuerza del Pueblo se ha convertido en opción de poder y se perfila seguro en el paisaje electoral con miras a las elecciones presidenciales y congresuales, en una segunda vuelta.
La pandemia ha causado mucho pesar y dolor en la población dominicana, en todas las clases sociales. En el empresariado millones de dólares y de pesos que ya no serán recuperados. Por doquier circundan las lamentaciones con los empleos perdidos, la gente hambrienta y un pueblo ávido de cambio. De tener esperanza.
Aunque el panorama nacional es desalentador por la grave crisis económica que arropa al país, y con perspectivas de agravarse, Leonel Fernández representa la esperanza al ser el único capaz de enfrentar lo que se viene encima a la República Dominicana en los próximos meses.
Pero, las encuestas Gallup-Hoy y la Greenberg-Diario Libre, en sus resultados publicados esta semana, pretenden cortarle las alas a un posible gobierno de la Fuerza del Pueblo y del exmandatario, al regar la percepción de que no tiene nada que buscar en el certamen electoral del 5 de julio, puesto que su candidatura se encuentra en un lejano tercer lugar con un porcentaje que lo sacan de competición, lo que tendrá que verse el día de los comicios cuando los dominicanos acudan a las urnas y votarán por el Camino Seguro.
Por doquier la gente rechaza y critica los resultados en los que otorgan unos porcentajes inauditos a Fernández y su nuevo partido. Tales deducciones han puesto a pensar, incluso, a quien no está acostumbrado a hacerlo, de que algo se “defiende y algo se busca”.
Sus pronósticos conlleva a preguntarse: ¿Si antes de que la Fuerza del Pueblo se hiciera grande ya contaba con 15.5% del favor del electorado, y hoy, seis meses después, haya descendido a menos de la mitad?. A otro cuervo con el cuento, diría Pololo.
Para quienes como yo que rara vez hacemos el ejercicio de pensar, tales resultados parecen extraños. Surgen dos componentes: Que desde algún sector importante del país se ha planificado no otorgarle el segundo lugar a Leonel Fernández, que realmente ocupa con más del 30 por ciento de decisión del electorado, de acuerdo a mediciones de menor fama y las propias que realiza la Fuerza del Pueblo constantemente.
Con tal obstáculo interesado se evitaría que Fernández pudiera convertirse en presidente de la Republica en una posible segunda vuelta y, por otra parte, el empresariado, hastiado de pérdidas durante casi tres meses, no quisiera se prolongue por 20 días más la angustiante situación que los acorrala y tiene a muchos al borde de la quiebra, y maniobran para que las elecciones concluyan el mismo domingo 5 de julio, con un ganador en primera vuelta.