El COVID-19, con la paralización planetaria de las economías, ha sido catastrófico para las expectativas económicas proyectadas en 2020.
En Estados Unidos, se estima se han perdido alrededor de 40 millones de empleos, y el producto interno bruto ha caído en el orden del 6%, se estima que la situación económica será proporcional a la producida cuando la gran depresión del 1930, la peor de toda su historia.
Siempre se ha planteado que cuando a la economía de Estados Unidos le da gripe, a la nuestra le da pulmonía. Y ahora el efecto es peor, porque no ha sido solo perjudicada la Economía de EEUU, sino la de todos nuestros socios comerciales, porque el efecto ha sido planetario.
Para República Dominicana la situación es dramática nuestra principal fuente de ingreso es el turismo y ha sido totalmente paralizado, y no sabemos hasta cuándo. La caída de las remesas serán crecientes. Y la apertura de los mercados internacionales de nuestros productos también se tomara su tiempo.
Se habla de que la caída de nuestros ingresos con relación al 2019 será de un 4%. Que el déficit será más del doble de lo presupuestado. Y se estima que tendremos una caída del producto interno bruto (PIB) de alrededor de un 6%.
Para tener una idea de la situación, pensemos que el actual déficit presupuestario era de RD$246,000 millones, Y se habla de la necesidad adicional de recursos de una dimensión cercana al 10% del PBI, o sea casi 200 mil millones de pesos.
Se espera un crecimiento cero, de la economía en el 2020. Y partiendo de esas dramáticas cifras, la sociedad dominicana, los ciudadanos dominicanos, debemos ser realistas, y entender que muchas cosas que se ofrecieron en campana tendrán que esperar hasta que la economía sea reactivada.
Y creo que ahí, está el gran desafío, en el cambio del paradigma del pensamiento tradicional de la clase política, básicamente enfocada en el facilismo, de incrementar el endeudamiento, reactivar con construcciones tradicionales.
Creo que el momento, y la situación, demandan de más creatividad y amplitud de mira. Para comenzar, en RD hay que eliminar el dispendio, los gastos innecesarios, recuperar lo robado al Estado, e invertir de manera productiva los recursos destinados a reactivar la economía.
Por ejemplo, no es lo mismo, enfocar los recursos a la construcción de infraestructura no reproductiva, a pesar de su importancia, a invertirlo en crear estructura productiva y elevar el nivel de producción.
Por ejemplo, imaginen que en vez de construir carreteras, viviendas, plantas de tratamientos, enfocamos los pocos recursos disponibles en sembrar todo el país. Y para reactivar la economía, dedicarnos a construir plantas agroindustriales en cada uno de los municipios y parques industriales provinciales.
Esas plantas agroindustriales permitirían procesar la producción agro y pecuaria, y si al mismo tiempo invertimos en establecer centros de distribución de nuestros productos en Canadá, USA, Europa, Rusia y China, podríamos provocar un efecto multiplicativo en el incremento de nuestras exportaciones, y al mismo tiempo en la creación de empleos y de ingresos de divisas. Lo que facilitaría inversiones conjunta del Estado con empresas tecnológicas para que se instalen en el país. Y luego, todo lo que sea propiedad del Estado, convertir su valor en acciones de 100 pesos y venderlas al pueblo.
Cada peso, debe ser invertido con un criterio reproductivo, más que meramente social, como ha sido tradicionalmente. Y para mí, el incremento del endeudamiento, es nefasto. Debe pensarse, como alternativa, la creación de inorgánicos, que como serian enfocados en producción, en la medida que se incrementa la produccion y las exportaciones, serian retirado de la circulación. Seria tomarnos prestado a nosotros mismos, no a entidades internacionales. Al tiempo que servirían para crear empleos productivos, no mas botella como en los últimos tiempos.
Con la construcción de las agroindustrias municipales, y los Parque Industriales, se reactivaría el sector construcción, el sector metalmecánica. Al tiempo que se generaría empleos en todos los municipios de la Republica. Además que proponiéndonos sembrar todas las áreas cultivables, otros importantes sectores también se reactivarían de manera sana y productiva.
Y no se diga, cuando se inicien la cosecha, donde entra el transporte, el empaque, los sectores suplidores de insumos, etc. Eso sí, hay que eliminar instituciones prescindible. Nominas innecesarias, y personal prescindible. Y crear un fondo especializado en apoyar emprendedores. Demasiados ciudadanos capacitados, convertidos en botellas, sub utilizados, cuando sería mejor para ellos, para sus familias y para la patria, convertirlos en emprendedores.
Me preocupa el Sistema Judicial. Porque si un sistema judicial honrado, se pudre todo y no hay credibilidad, ni confianza para la masiva inversión extranjera que necesitamos. Al tiempo que tenemos que crear condiciones impositivas favorables, ósea bajar impuestos, para incentivar que capitales dominicanos depositados en el exterior regresen para ser invertido en el país.
Veo urgente, la necesidad de preparar una gran reforma Constitucional, para transformar el actual modelo o sistema de gobierno centralizado en el presidente, raíz y causa de la corrupción y la impunidad, por un sistema descentralizado y participativo. Donde quede establecido una verdadera división y equilibrio de poderes, con participación de la sociedad, en especial, en las instituciones de control como Cámara de Cuentas y Procuraduría.
Pero por sobre toda las cosas, rescatar el Sistema Judicial. Estableciendo que los grupos políticos no participen en la elección de Jueces, ni del procurador, lo que permitiría crear nuevas altas cortes, inmediatamente sea establecida la nueva Constitución. Lo que facilitara, eliminar las actuales que responden a grupos políticos, y establecer un sistema judicial honrado, que realmente este al servicio de la sociedad, y no de la corrupción y la impunidad como en el presente.
El autor preside el Partido Quisqueya Potencia.