La relatora especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias advirtió este jueves sobre los atropellos a los derechos humanos que se llevan a cabo cada vez más a menudo con aeronaves no tripuladas.
“El mundo ha entrado en una ´segunda era de drones´ en la que numerosos actores estatales y no estatales despliegan drones con tecnologías más y más avanzadas” dijo Agnès Callamard, destacando que esos vehículos han proliferado sin regulación o control.
En su presentación al Consejo de Derechos Humanos de un informe sobre asesinatos selectivos y drones, la experta alertó de la gravedad de este fenómeno, que da pie a una serie de violaciones de las garantías fundamentales y citó el caso del general iraní Qassem Saleimani, asesinado el 3 de enero pasado por vehículos aéreos no tripulados estadounidenses cuando se encontraba en Bagdad, Iraq.
“Fue una violación de la Carta de las Naciones Unidas y un asesinato arbitrario del que Estados Unidos es responsable frente a la ley internacional”, puntualizó Callamard, quien incluyó en el informe un anexo dedicado al caso de Saleimani.
El “club” de los drones
El texto de la relatora asevera que la posesión de drones ya no es cuestión de una elite, sino que existe una carrera para su adquisición y que esto supone una amenaza para la protección de los derechos humanos.
Los datos de su informe señalan que en 2020 al menos 102 países cuentan con un inventario activo de drones militares y que 40 más poseen o están en proceso de adquirir drones armados. Del total, unos 35 países tendrían el mayor arsenal de drones y también el más letal. “Muchos Estados están ansiosos por pertenecer a este club del poder que dan los drones”, sostuvo la relatora.
Del 2015 a la fecha, al menos once países habrían desplegado drones armados con el propósito de emplear la fuerza o cometer asesinatos selectivos, revela el documento.
Callamard enfatizó la falta de supervisión o regulación de los operativos con drones: “Hasta la fecha no hay estándares robustos que gobiernen su despliegue, proliferación, exportación o capacidad del uso de la fuerza. No hay transparencia, no hay supervisión efectiva, no hay rendición de cuentas”, puntualizó.
El bajo costo y la capacidad “todo terreno” ha convertido a los drones en el vehículo más eficiente para los operativos militares en zonas remotas o de difícil acceso. Además, pese a causar numerosas muertes y víctimas civiles, no atraen la misma atención que otros métodos castrenses.
La experta subrayó que los asesinatos con aeronaves no tripuladas son ignorados por las leyes nacionales e internacionales, a diferencia de otros crímenes para los que incluso se crean comisiones investigadoras.
Más aún, añadió que las evidencias muestran que muchas veces ni siquiera se reportan las muertes, lesiones y trauma de las poblaciones civiles causadas por los drones.