El Covid-19 ha provocado dolor, muerte, llanto, hambre e incalificable miedo a la muerte, nunca antes en la historia se ha vivido lo que hoy estamos viviendo sobre la faz de la tierra, hay personas que se atreven a decir que esta difícil circunstancia era “necesaria” vivirla, porque la Tierra deseaba respirar y el ser humano necesitaba una obligatoria cuarentena para meditar sobre su existencia y así poder valorar la compañía de las personas y no olvidarnos de lo efímero que es esta irrepetible respiración.
Todo el mundo se repite constantemente estas preguntas, ¿Será posible qué el hombre cambie su forma de vivir después de esta pandemia? ¿Será que con el fin de esta pandemia, también tenga fin lo perverso que provocan muchas personas? Por supuesto, que cambiaremos nuestra forma de vivir y relacionarnos con los demás, pero el mal que muchos provocan no tendrá fin, mientras exista el ser humano el brillo de los malos y buenos sentimientos no claudicará.
Con la llegada inesperada de este letal virus todos estamos viviendo múltiples crisis, todos los días nos levantamos con la fe y esperanza de que pronto esta pesadilla global tenga punto final. Mientras en muchos países las autoridades aplican estrategias para evitar el aumento de contagios, en Nicaragua la dictadura Ortega-Murillo ignora por completo lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Con la llegada de esta pandemia la crisis de Nicaragua aumentó de gran manera, y este irresponsable “Gobierno” no ha hecho nada para evitar que el virus se siga expandiendo a nivel nacional, las escuelas y colegios siguen en total tranquilidad, las pésimas decisiones de estas ineptas autoridades provocan inmensa preocupación a toda la población nicaragüense, de igual manera esta situación es alarmante para toda la región.
Nicaragüenses varados en Peñas Blancas
Desde el sábado 18 de julio más de 500 nicaragüenses están viviendo en condiciones precarias e inhumanas en la frontera de Peñas Blancas, (zona fronteriza con Costa Rica) esta terrible y preocupante situación es por la arrogancia y capricho del régimen Orteguista la política de él es que deben presentar “una prueba negativa de Covid-19, y sin voluntad de asumir su responsabilidad con estos ciudadanos que no cuentan con condiciones ni recursos económicos para acceder a ella”.
LA PRENSA informó este pasado 27 de julio que estas personas se han estado alimentando gracias a la “inmensa solidaridad de organizaciones no gubernamentales radicadas en Costa Rica como Corner of Love, la misma Cruz Roja y la Fuerza Pública de ese país les han ayudado con la distribución de agua, mientras que los antimotines nicas los mantienen cercados para evitar que bloqueen el tránsito de transporte pesado, que en días pasados se vio afectado por una muralla humana creada por los mismos varados, como una acción de presión para que les dieran respuesta a su situación, ya que en Peñas Blancas no les dicen nada”.
Ante la triste realidad que viven estos centenares de nicaragüenses, con gesto solidario y humanitario el Gobierno de Costa Rica a través de La Dirección General de Migración y Extranjería ha comunicado que “permitirá el reingreso a los nicaragüenses que fueron rechazados por el Gobierno de Nicaragua y se encuentran varados en el puesto fronterizo de Peñas Blancas, siempre y cuando estos lo deseen y cumplan con los lineamientos que dispuso el Ministerio de Salud costarricense para la solicitud”.
Los dictadores tienen una mentalidad de lo más maligna que puede existir en todo el universo, si por algo se les recuerda a los gobiernos autoritarios es por sus incontables acciones injustas e inhumanas, conociendo un poco de historia sobre este tema, es sorprendente y fatal el final de ellos.
Las inapropiadas e incoherentes decisiones que esta pareja hacen cada día, reducen la libertad y felicidad de ellos, pero el daño que les están causando a sus descendientes es torrencial e ilimitado, no tienen ni la más mínima idea de lo egoísta que son y siguen siendo con su propia familia.
Todo el mundo está ansiosamente desesperado para que el coronavirus se marche lo más pronto posible, en Nicaragua lo que más deseamos es que ambos virus letales ya tenga punto final, así como este artículo.
• Carlos Javier Jarquín / Escritor y poeta. 30/07/20
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