Los dos años de guerra comercial con Estados Unidos han dejado en claro que China no podrá contar con las importaciones de equipos y tecnologías esenciales para su desarrollo económico, se consideró en el país asiático.
Por tanto, una opción saludable sería volcarse hacia el desarrollo propio en esferas como la fabricación de semiconductores, lo cual sería válido en la aspiración del país de liderar la innovación global en 2035.
El planteamiento es de Cong Yi, profesor de la universidad de Tianjin, formulado previo a la conformación del 14 plan quinquenal de desarrollo socioeconómico (2021-25) de China a realizarse en octubre durante la plenaria del Partido Comunista.
A juicio de Cong Yi, profesor de la universidad de Tianjin, el texto se enfocaría en estimular la economía mediante un consumo doméstico estable, eliminar las flaquezas e introducir reformas profundas en las áreas que lo requieran.
Otro investigador, Mei Xinyu, de la Academia de Comercio Internacional y Cooperación Económica, vaticinó que el plan quinquenal también priorizaría la búsqueda de alternativas para reforzar la resiliencia de China frente a los vaivenes externos.
En ese punto, coincidió en proyectar el camino de desarrollo principalmente basado en el ciclo interno.
Otras voces indican que el Gobierno podría incluso seguir sin fijar una meta de crecimiento anual, tal y como hizo en el presente 2020, para entonces poner mayor énfasis en los ingresos de la población y las condiciones de vida.
Estos juicios de los expertos están recogidos, en un reporte de Prensa Latina en el que se reseña que el Partido Comunista Chino “preparará el programa en medio de incertidumbres, desafíos, presiones y un escenario adverso a nivel global, por los estragos de la pandemia de Covid-19”.
Refiere el escrito de periodístico, que “el proceso captará la atención dentro y fuera del país, porque será el primer plan que China definirá si este año logra su meta de establecer una sociedad modestamente próspera, con cero pobreza y contaminación ambiental controlada”.