Se esperaban malas noticias sobre el comportamiento de la economía por los efectos de la pandemia de Covid19, pero las que se han estado produciendo rebasan las peores proyecciones, colocándonos ante una situación que no encuentra parangón con ninguna de las crisis anteriores.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), ha actualizado su informe de abril por otro, que en función de la realidad, resulta más abrumador:“La economía mundial experimentará su mayor caída desde la Segunda Guerra Mundial y el producto interno bruto (PIB) per cápita disminuirá en el 90% de los países en un proceso sincrónico sin precedentes”.
El informe dice que en el 2020, el PBI mundial se reducirá en un 5,2%. La caída será del 7,0% en las economías desarrolladas y del 1,6% en las economías emergentes, y que con el levantamiento gradual de las restricciones sanitarias y la puesta en marcha de políticas expansivas han permitido una lenta e incierta recuperación, primero en China y posteriormente en los Estados Unidos y la zona euro.
“Pese a ello, las proyecciones para el conjunto del año se han deteriorado con respecto a lo que se esperaba a comienzos de abril. Por primera vez en décadas, las autoridades de China no han fijado una meta anual de crecimiento, si se prevé que la expansión total de la economía se mantenga en solo un 1%, la tasa más baja en más de 40 años. Para los Estados Unidos, el Sistema de Reserva Federal proyecta una caída del 6.5%, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) prevé una reducción del 8,7% del PIB en la zona del euro”.
Ante la pregunta de qué hacer, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal dejó muy claro que las medidas de políticas monetarias con las que la FED juega su papel de expansión y de control monetarias, esta vez no son suficientes para enfrentar el problema.
“La recuperación económica está estrechamente vinculada con la evaluación del virus.El aumento de los casos de Covid19 empieza a pesar en la economía y la recuperación dependerá de las políticas públicas de apoyo que se tomen. Los consumidores no volverán a gastar hasta que no se sientan seguros de volver a hacerlo”.
En otro informe, el OPS-CEPAL presentado esta semana en Chile, las dos principales ejecutivas de esas entidades, Clarissa F Etienne y Alicia Bárcena, plantean que “no hay dilema entre la economía y la salud, que lo primero es la salud”, y, ante un panorama desolador en los ingresos públicos, están urgiendo a dedicar no menos de un 6% del Producto Interno Bruto al presupuesto de salud. En RD con una presión fiscal que no alcanza un 19%, que con el 4% que se invierte en la educación y el pago de la deuda, deja escaso margen para las otras obligaciones, eso sería imposible.
Menos aún cuando el informe de la CEPAL, que en abril sustentaba que la dominicana era la única economía que no experimentaría un crecimiento negativo, que se quedaba en la cercana frontera de la negatividad con 0% de crecimiento, ha variado y que descenderá a -5,3%, lo que significa un descenso de más de un 10% en relación con el año anterior.
Preocupa que frente a un panorama que dejará sin regresar a los empleos a más de ochocientos mil dominicanos, lo que se escuche hablar sea de reducciones de plazas en el sector público.