Por María Estela de León.- “La mujer desea la igualdad político social para actuar en su calidad de mujer” esta reflexión de una luchadora por las reivindicaciones de los derechos de las mujeres “Carmen Lara de Fernández”, hecha con el interés de despertar las consciencias dormidas de más de la mitad de la población (mujeres).
Enunciado que acogemos para que las féminas despierten de ese letargo sueño de una vez y por todas, y repiensen la sociedad que se merecen por derechos (no por privilegios) ni por ser mujeres.
La constitución de la nación en el artículo 39 establece que hombres y mujeres gozan de los mismos derechos y el Estado es el responsable de promoverlos en igualdad de oportunidades y sin discriminación.
¿Qué es lo que resulta? que el Estado como categoría superior de una nación se hace visible a través de las instituciones gubernamentales, las cuales están “regentadas por ciudadanos que llegan al ejercicio del poder a través de los partidos políticos, mediante elecciones periódicas”.
Los partidos son el vehículo para llegar a la esfera del poder, pues resulta para comprender, ese instrumento (los partidos) tienen montado en sus asientos a un gran número de hombres y pocas mujeres. Ellos (dirigen y mandan) lo muestra las designaciones de muchos hombres y pocas mujeres en el gobierno, y con muchas presiones puestos de segundas categorías para ellas.
La constitución prohíbe los privilegios en todas sus formas. Deja abierta esta competencia para hacer efectiva esta prerrogativa al “talento y las virtudes”, capacidad sobrada en las mujeres. Los partidos en democracia son el transporte legal a través del cual se accede a dirigir el Estado.
A saber, en la República Dominicana de 27 partidos políticos y 8 movimientos forman el sistema electoral, de los cuales 26 partidos están presididos por hombres y uno por una mujer, las direcciones deliberativas por hombres, salvo algunas excepciones tienen cuanto más una o dos mujeres en estas estructuras.
Puedo sin temor a equívocos a asegurar como se reparte el poder entre iguales; ese maridaje, cofradía innegociable entre (hombres) para repartirse el pastel de los cargos públicos, complicidad y acompañamiento que no es frecuente entre mujeres: Esa es una tarea pendiente por hacer entre mujeres.
Lo contrario se da con las matriarcas. Todos los espacios laborales copados por mujeres, los asientos de las universidades ocupados por ellas, los trabajos formales e informales con presencia suficientes. Llega la pregunta de orden ¿qué está pasando, que ellas que no son tomadas en cuenta en los puestos de dirección de los partidos, no encabezan puestos públicos cardinales? podría preguntar más.
La respuesta: Están trabajando y delegando su fuerza laboral y capacidades en favor de aquellos que tienen el poder de decidir quién manda.
Es necesario producir una revolución de pensamiento (feminista) de conciencia para que las mujeres se acompañen, tomando el ejemplo de los pares (hombres) y hacer una alianza estratégica que permita romper con el anillo dorado brillante que tiene a estos seres en una especie de resaca y descubran las capacidades que tienen para dirigir la cosa pública con dignidad, decoro, trasparencia y sentido de responsabilidad.
Es el momento de las mujeres, el mundo cambio, y sigue cambiando a cada instante. Es necesario retomar ese eslabón perdido, ese cuando el hombre salió a la subsistencia de la familia, ahora están los dos en esa conquista, es de justicia la participación de mujeres, en el diseño esta una nueva sociedad.
"Cada vez que una de nosotras (las mujeres) da un paso adelante, lo da el género humano entero". Carmen Chacón.
La autora es dominicana, abogada y periodista