Luis Abinader, recién juramentado presidente de la República Dominicana, anunció una serie de medidas para impulsar la recuperación económica y con ello la creación de empleos en todo el país en base a alianza con el sector privado.
Se refirió al desarrollo turístico de Pedernales, que incluiría su propio aeropuerto y construcción de 3.000 habitaciones hoteleras en varios hoteles; el puerto de Manzanillo para dar salida a las exportaciones de banano, las zonas francas de Santiago y la línea noroeste, asi como la construcción de la Autopista del Ámbar, que permitiría llegar de Santiago a Puerto Plata en tan solo 25 minutos y de Santo Domingo a Puerto Plata en dos horas.
También continuará con los programas de ayuda FASE, Quédate en Casa y Pa’Ti para lo que queda de este año 2020; e tenderá las facilidades tributarias en especial para las pequeñas y medianas empresas e implementará un Programa de Garantías y Financiamiento dirigido a los sectores afectados por la pandemia por más de 100.000 millones de pesos.
Iniciará un plan de reparación y construcción que impactará a más de 30.000 viviendas para reactivar las economías locales en todo el país.
Impulsará que el Banco de Reservas de prioridad a los proyectos del sector turístico, industrial y de exportaciones que creen empleo y que estén detenidos por la falta de financiamiento.
Anunció además que este próximo lunes 24 dará a conocer el Plan de relanzamiento del Turismo con el objetivo de impulsarlo y recuperar la afluencia de visitantes previa a la pandemia.
Además, dispondrá, por medio del Banco Agrícola, de 5.000 millones de pesos de financiamiento a tasa de interés cero para la nueva siembra, y prestará apoyo a la comercialización y asistencia técnica para garantizar la seguridad alimentaria.
A continuación, el contenido del discurso de Luis Abinader en materia de economía:
Pueblo dominicano:
La pandemia es global. Y la crisis económica que ha traído consigo también lo es. El daño causado ya es el mayor desde la II Guerra Mundial. El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica proyectan un crecimiento global negativo, por lo que la recuperación no llegará ni rápida ni fácilmente.
La reducción de la economía global significará intercambios comerciales dramáticamente inferiores entre los países. La revolución tecnológica que permitió que lo global se convirtiera en local provoca también que la reducción de la demanda mundial tenga consecuencias para el sector externo de nuestra economía y repercusiones en la producción, el empleo y el consumo interno.
Las prohibiciones y el temor a viajar reducen el número de turistas en nuestra isla; nuestras exportaciones sufren la depresión de la demanda mundial. Cierran pequeñas y medianas empresas, se pierden empleos y se consumen ahorros sin que nadie sea capaz de predecir el impacto ni el fin de la pesadilla.
Esta crisis amenaza con tensionar al máximo las políticas fiscales y nos obliga a un manejo adecuado del gasto público para paliar los daños que ya sufren los sectores generadores de divisas. Y todo esto se desencadena en un contexto en el que los niveles de deuda pública —incluso antes de la pandemia— habían llegado ya a los límites de la imprudencia. La deuda consolidada de todo el Estado fue duplicada en la última década, y solo esta semana el déficit ha crecido en 25.600 millones de pesos.
En el pasado no hubo un aumento del bienestar de los ciudadanos, pero si un aumento de la deuda y de nuestro déficit. Este es el escenario al que nos enfrentamos. Este es el balance que nos hemos encontrado. Un balance que estamos firmemente comprometidos a revertir.
Mejorando la calidad del gasto y eliminando dispendios y corrupción que durante años solo han aumentado el déficit y consecuentemente la deuda pública sin mejorar la calidad de vida de los dominicanos. Que no pierdan su tiempo los auspiciadores de la malversación. Nada ni nadie nos hará variar este compromiso.
Jamás, gobierno alguno, enfrentó semejante combinación de retos y amenazas.
La crisis y sus efectos nos traen muchos meses de sacrificio y disciplina, pero siempre conservando la esperanza en un porvenir mejor. Por ello, la prioridad es la de crear las condiciones para recuperar la producción y el empleo utilizando todos los mecanismos que estén a nuestro alcance para lograr dicho objetivo, por eso les anuncio que:
1.Continuaremos los programas de ayuda FASE, Quédate en Casa y Pa’Ti para lo que queda de este año 2020
2.Extenderemos las facilidades tributarias en especial para las pequeñas y medianas empresas e implementaremos un Programa de Garantías y Financiamiento dirigido a los sectores afectados por la pandemia por más de 100.000 millones de pesos.
3.Iniciaremos un plan de reparación y construcción que impactará a más de 30.000 viviendas para reactivar las economías locales en todo el país.
4.Impulsaremos que el Banco de Reservas de prioridad a los proyectos del sector turístico, industrial y de exportaciones que creen empleo y que estén detenidos por la falta de financiamiento.
5.Presentaremos el próximo lunes 24 el Plan de relanzamiento del Turismo con el objetivo de impulsarlo y recuperar la afluencia de visitantes previa a la pandemia.
6.Vamos a disponer, por medio del Banco Agrícola, de 5.000 millones de pesos de financiamiento a tasa de interés cero para la nueva siembra. Y prestará apoyo a la comercialización y asistencia técnica para garantizar la seguridad alimentaria.
Para lograr todos estos objetivos será necesario recurrir a fuentes de financiación internas y externas que permitan atender las necesidades extraordinarias, lo que implicará un aumento del endeudamiento más allá del que teníamos programado antes de la pandemia.
La magnitud de la crisis es tan descomunal que este nuevo gobierno hará lo que sea necesario, cuando sea necesario y el tiempo que sea necesario para rescatar la economía y proteger a las personas y sus empleos.
Una vez superada la crisis sanitaria y económica tendremos que tomar las medidas para cambiar la trayectoria de nuestra deuda pública.
La limitaciones fiscales nos impulsan a ser creativos y utilizar al máximo las alianzas públicasy privadas para generar inversiones en áreas que supongan creación de empleos formales y obras estratégicas. Algunas que iniciaremos la planificación y asignación de inmediato son:
·La construcción de la Autopista del Ámbar, que permitiría llegar de Santiago a Puerto Plata en tan solo 25 minutos y de Santo Domingo a Puerto Plata en dos horas.
·El desarrollo turístico de Pedernales, que desarrollaría su propio aeropuerto asi como la construcción de 3.000 habitaciones hoteleras en varios hoteles.
·El puerto de Manzanillo que nos permitirá dar salida a las exportaciones de banano y las zonas francas de Santiago y la línea noroeste.
Quizás ahora el sector privado tenga sus lógicas reservas para iniciar nuevos proyectos dada la delicada situación internacional. Pero este gobierno les quiere decir a los empresarios nacionales e internacionales que este es el momento de invertir en la República Dominicana.
Crearemos un clima favorable a la inversión garantizando la seguridad jurídica, la trasparencia y la celeridad en los procesos de contratación. Y además, a partir de mañana estoy ordenando a todas las instituciones públicas acelerar el conocimiento y decisión de toda inversión que se encuentre paralizada y que suponga creación de empleo.