El juramentado presidente Luis Abinader reiteró su compromiso de combatir la corrupción y de ejercer una administración gubernamental transparente.
En su discurso este domingo, Abinader dijo que una democracia de calidad, a las puertas de la tercera década del siglo XXI, requiere una rendición de cuentas vertical lo que supone un sistema de frenos y contrapesos entre los poderes del Estado, para que ninguno prevalezca sobre otro.
“El gobierno debe estar sometido a una fiscalización ciudadana permanente y transparente. Eso también es democracia y no sólo la emisión puntual de la expresión ciudadana que representa el depositar una boleta en una urna cada cuatro años” expresó Abinader.
El mandatario había sido juramentado por el presidente de la Asamblea Nacional, Eduardo Estrella.
El nuevo mandatario consideró que un reconocimiento pleno de los derechos fundamentales de la ciudadanía exige también la existencia de un régimen justo de consecuencias para aquellos que violen la Ley, sin ningún tipo de privilegio o impunidad, y de una distribución socialmente equitativa de los frutos del crecimiento económico y de la riqueza nacional.
Y afirmó ante los asambleístas “que nuestra democracia ha sido dañada, para agregar: “En este punto quiero ser muy claro, preciso, y contundente. En el gobierno que iniciamos hoy, no se permitirá, bajo ningún concepto, que la corrupción del pasado quede impune, el que robó dinero del pueblo, tiene necesariamente que pagar en la justicia por sus actos”.
Advirtió a los nuevos funcionarios que él no tolerará ningún acto de indelicadeza y mucho menos de corrupción en su gobierno.
“El funcionario que se equivoque con el dinero del pueblo, será inmediatamente destituido y puesto a disposición de la justicia” advirtió.
Abinader dijo estar convencidos de que la corrupción de arriba incentiva la de abajo, que es la delincuencia, que se traduce en inseguridad. Y ambas tienen que ser combatidas sin tregua.
“Quiero reiterar para que nadie se confunda, que no habrá impunidad para la corrupción del pasado, ni tampoco para la que se cometa en el futuro” expresó.
Estoy comprometido con el pueblo dominicano, con mi familia y con la memoria de mi padre a encabezar un gobierno trasparente y etico, donde el dinero del pueblo se maneje con total y absoluta pulcritud.
Tras esas afirmaciones reconoció que los retos son difíciles y habrá quien sienta que su ánimo flaquea ante la colosal magnitud de la tarea. No es el caso de los dominicanos y dominicanas y, gracias a su inspiración, tampoco el de su presidente.