SANTIAGO, 17 Ago 2020 (Corresponsal de IPS) – Estados Unidos y América Latina y el Caribe necesitan establecer un diálogo renovado para enfrentar los desafíos que presenta la actual crisis desatada por la covid-19, y alcanzar así una recuperación con igualdad y sostenibilidad ambiental, planteó la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.
La titular de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) destacó que "aún persiste la incertidumbre acerca de qué tipo de recuperación tendremos y qué medidas de política económica se necesitarán para enfrentar la emergencia y apuntalar la recuperación".
Elementos clave para la recuperación poscovid son "acceso al financiamiento externo y acceso más amplio al mercado estadounidense en el contexto de la nueva geografía económica global que se está generando a raíz de la crisis", dijo Bárcena en un encuentro virtual con académicos estadounidenses y de la región.
Igualmente, "incentivos para la ubicación de proveedores en sectores más cercanos (nearshoring) y la diversificación de la fuentes de suministros provenientes de América Latina y el Caribe", según la responsable de ese organismo regional de las Naciones Unidas.
Para el mayor acceso de la región al financiamiento externo una primera solicitud de la región es la emisión de nuevos Derechos Especiales de Giro (DEG, unidad de cuenta usada por el Fondo Monetario Internacional) y relocalizarlos hacia los países de ingresos medios, dijo Bárcena.
Luego, se requiere incrementar la capitalización del Banco Interamericano de Desarrollo e instituciones similares, y mejorar las evaluaciones crediticias, con criterios de transparencia, oportunidad, flexibilidad y rendición de cuentas.
También, durante crisis sistémicas como la que vive el planeta este año, "interrumpir temporalmente las evaluaciones de la deuda soberana de los países, que hacen las agencias calificadoras de riesgo", es decir, mejorar los términos del endeudamiento.
Bárcena también resaltó que, junto con la calidad del crédito, se ha deteriorado el comercio de Estados Unidos con América Latina y el Caribe, disminuyendo las importaciones estadounidenses desde la región 20,5 por ciento en el primer semestre de 2020.
Sectores como los vehículos, repuestos y motores, turismo, entretenimiento y hotelería han sido los más afectados, con un impacto aún mayor en los países del Caribe.
Bárcena recordó el diagnóstico de la Cepal, según el cual en la región "se perderá más de una década de avances: hacia finales de 2020, el producto interno bruto per capita regional habrá perdido más de 10 años de crecimiento y los niveles de pobreza verán un retroceso de 14 años".
"Será la peor crisis en un siglo para América Latina y el Caribe: el PIB se contraerá, -9,1 por ciento, el desempleo regional llegará a 13,5 por ciento, 231 millones de personas más quedarán en situación de pobreza y 98 millones en pobreza extrema", enumeró la responsable.
Ante la crisis, la Cepal ha hecho propuestas de corto plazo como la entrega de un ingreso básico de emergencia por seis meses para la población que vive en situación de pobreza, acompañado de un bono contra el hambre, y la extensión de los plazos de pago y períodos de gracia para las pequeñas y medianas empresas.
Además ha pedido políticas fiscales y monetarias expansivas para apoyar un período más largo de gasto, pactos políticos y fiscales hacia una protección social universal, progresiva y redistributiva, y el acceso a financiamiento en condiciones favorables para los países de ingresos medios.
Pero también, junto con las demandas de una mejor relación económica con Estados Unidos, por ejemplo, la región "debe analizar cómo podemos integrarnos más, cómo podemos organizarnos en sectores como el farmacéutico y de equipos médicos e incluso ahora en la producción de vacunas contra el virus", concluyó Bárcena.