Ya estás ahí, Luis, donde querías. Ahora cada minuto cuenta para aligerar lo más rápido que sea posible el enorme paquete que te echaste encima: Para la reforma del Estado que has prometido; para resolver lo más pronto posible la vaina del Covid 19; para restablecer la salud económica perdida; para proceder contra los corruptos con una justicia independiente; para hacer, pues, democracia grande y duradera; para ganar la gloria que merece quien cumple lo que promete. Cada minuto cuenta, Luis, para salvarte o para joderte. Vamos a ver si es lo mismo con violín que con guitarra… ¡Vamuarriba!